Si paras por la calle a un puñado de hípsters —un término quizá muy 2014, lo sabemos, quizá deberíamos hablar de millennials— y les preguntas cuál es su director de cine favorito, es probable que más de uno te responda: “Wes Anderson”.
Pero ¿quién es ese director que se ha ganado un importante hueco en el corazón de los culturetas? Entre otras muchas cosas, un cineasta con unos códigos propios y fácilmente reconocibles. Como Woody Allen, como Spielberg, como Almodóvar.
Sus películas se anuncian a bombo y platillo y despiertan la emoción de sus seguidores, que esperan cada estreno con la ilusión de un niño en el día de Reyes. La última en hacerlo ha sido ‘Isla de perros’ —‘Isle of Dogs’ en su versión original; ya sabemos que los fans de Wes son muy de V.O.—, una cinta de animación creada a través de la técnica de stop motion que, desde este mes de agosto, puedes disfrutar en el videoclub de Orange.
‘Isla de perros’ nos habla de una isla en la que los canes de una ciudad ficticia (Megasaki City) están exiliados. Y de un niño que emprende un viaje hasta semejante paraje para encontrar a su mascota. Pero el noveno largometraje de Anderson nos habla también de que la artesanía y el cine son muy buenas compañeras de viaje; de que el mimo por cada detalle también ha lugar en un mundo de superproducciones.
https://www.youtube.com/watch?v=OK_EKcomA98&feature=youtu.be
Esas son dos de las señas de identidad de este director y, para entender hasta dónde llega su pasión por cuidar hasta la más mínima minucia, basta con ver el making of de ‘Isla de perros’. Cada escena se reprodujo con maquetas que después los 27 animadores tuvieron que llenar de vida y de movimiento. Y, para producir la cinta, se elaboraron más de 1.000 figuras de los personajes, 500 de humanos y otras tantas de perros.
La espectacularidad a pequeña escala, el sello de Wes. Junto a otros muchos rasgos… como estos.
Simetrías por doquier
Wes Anderson ha creado un universo tan peculiar en su filmografía que ha logrado que los cinéfilos recorran el mundo buscando lugares que podrían aparecer en sus películas, como muestra esta cuenta de Instagram. Y la simetría es una constante en todas esas imágenes. En todas sus películas se aprecia, pero hay una en la que es especialmente obvio: ‘Moonrise Kingdom’.
https://www.youtube.com/watch?v=_eOI3AamSm8
Actores fetiche
Si Tarantino tira de Samuel L. Jackson, Wes Anderson recurre a Bill Murray. El intérprete aparece en casi todas sus películas, incluso en ‘Isla de perros’, pues pone voz a uno de los canes. El protagonista de ‘El día de la marmota’ tiene papeles relevantes en ‘Life Aquatic’, ‘Los Tenenbaums’ o ‘Academia Rushmore’. Peliculones.
Murray no es el único en el corazón de Wes: Owen Wilson, Adrien Brody, Anjelica Huston o Tilda Swinton son otros de sus actores y actrices fetiche.
Oda a la creatividad y el detalle
Con sus historias y sus escenarios, Anderson demuestra en cada filme que es un maestro de la inventiva y la creatividad. Buen ejemplo de ello es ‘El Gran Hotel Budapest’, cinta estrenada en 2014 y para la que el cineasta se inventó un país: el Estado de Zubrowka. Y lo dotó de todos los detalles imaginables: sellos de cartas, billetes, pasaportes, emblema nacional… Ni un detalle a la imaginación.
O sí: a la imaginación de Annie Atkins, la diseñadora encargada de dar forma a ese universo de color rosa pastel e inspiración vintage que llenó de personalidad a la película —las cajas de pasteles de Mendl’s también son suyas—.
https://www.youtube.com/watch?v=IImKsmIZ1VY
‘El Gran Hotel Budapest’ bien merece un visionado más allá de sus detalles preciosistas. Por su historia de robos y herencias, sus carismáticos personajes, su estupendo ritmo y sus tres nominaciones a los Óscar. ‘Birdman’, aquel año, se las llevó todas.
Personajes con muchas capas
La filmografía de Wes rezuma una estética peculiar y muy reconocible, pero ese no es su único punto fuerte. Sus personajes son seres con muchas capas, con historias a veces excéntricas que nos hablan de preocupaciones universales, como sucede en el caso de la familia de ‘Los Tenenbaums’. En las cintas de Anderson se tejen los momentos amargos con guiños cómicos y giros que nos hacen soltar una carcajada.
Planos recurrentes
https://www.youtube.com/watch?v=XawA7O46yJM&feature=youtu.be
Los planos también son un sello de identidad de cada cineasta. Wes Anderson emplea los cenitales para mostrar qué llevan sus personajes en sus maletas y bolsos y crea así bellos bodegones (grandes fuentes de inspiración en la era de Instagram). También hace uso de los travellings, con los que muestra sus elaborados decorados, y de los planos secuencia, lo que confiere un aire teatral a sus películas.
Y todo eso por no hablar de su pasión por el slow motion, con el que pone el énfasis en las acciones más relevantes. Nada queda al azar en el mundo de Wes Anderson.
Imágenes | Filmaffinity
