Inmersos en un mundo seriéfilo, esas series que vemos y comentamos son un retrato de nosotros mismos. De nuestros miedos, incertidumbres, retos, sueños y amores. Por supuesto, en la era de Netflix, los romances no iban a quedar fuera del tablero.
Adiós a ‘House of Cards’, la serie que demostró que las tramas políticas pueden ser altamente corrosivas.
Tras el parón navideño, enero es tiempo de retomar nuestras series favoritas. Algunas, como ‘Vikings’, se despiden antes de lo que uno desearía, pero muchas llegan con nuevas temporadas bajo el brazo.
‘Wonder Woman’ se convirtió, por méritos propios, en una de las mejores producciones del universo DC Comics para la gran pantalla. Junto a ‘Aquaman’, Warner Brothers ha sabido tomarle el pulso a estos megalodones audiovisuales y presentar entretenimiento puro. Justo lo que pedían las cintas de Zack Snyder.
No todo es política en ‘House of Cards’, aunque esta —o más bien, el poder— sea el tema principal alrededor del que giran todas las tramas. Con Frank Underwood aprenderás a llegar lejos… si, como él, careces de escrúpulos.
El amor es uno de los temas imprescindibles de la ficción. Y en Orange Series lo saben.
‘House of Cards’ ha pasado por una oscura travesía. Una serie donde el protagonista absoluto era un villano priorizando saciar sus ansias de poder frente al bien común… No, no las tenía todas consigo.
Todos tenemos ese amigo especial al que acudir cuando hay un problema. Los personajes de Orange Series también.
Si algo tiene de malo pasar las vacaciones en un lugar remoto y a miles de kilómetros de casa es (únicamente) la serie de trayectos que hay que afrontar hasta llegar al destino final. Como si de un videojuego se tratase, cada bus/tren/avión/taxi es como una pantalla que hay que desbloquear. Y solo los más…
No hay nada imposible en ficción. A veces, tampoco hay nada cierto. La magia de la edición nos llega a convencer de que nuestros personajes favoritos están en un céntrico apartamento de Nueva York o de Los Ángeles, simplemente pasando de un plano exterior a uno interior. Pero si el plano se abriera un poco…
