Existen pocas maneras tan divertidas y útiles de realizar una crítica social que satirizar a los políticos, periodistas y demás actores públicos y convertirlos en personajes animados. No es nada nuevo, desde luego, eso de utilizar una serie aparentemente ‘infantil’ para reírse de todos y de todo. Allá por la década de los 80 ‘Los Simpsons’ nacieron con esa misma intención y dieron vida a un formato, el de los ‘dibujos para adultos’, que hoy en día sigue más vigente que nunca y cuya última propuesta es la arriesgada ‘The cartoon president’, que puedes ver en Orange TV.
Para los amantes de la política
No es fácil explicar en qué consiste ‘The cartoon president’; tal vez la manear más acertada sea decir que estamos ante una serie que coge la política norteamericana, la pasa por la batidora del humor más ácido y gamberro y le pone una peluca rubia a lo Donald Trump. Porque de eso trata esta ficción, de reírse de las extravagancias, ocurrencias y frases – todo escrupulosamente basado en hechos reales- que día a día protagoniza el presidente de los Estados Unidos.
Vale, no era muy difícil estirar un poco la realidad y convertir a Trump en un dibujo animado – cómicos de todo el mundo lo llevan haciendo desde hace años-, pero el acierto de ‘The cartoon president’ es que realiza una lectura inteligente, divertida y crítica de lo que ocurre en la Casa Blanca y en todo ese ecosistema de políticos y periodistas que orbitan en torno al hombre más poderoso del mundo.
De ahí que ‘The cartoon president’ se una serie con un público objetivo muy específico, el de aquellos que siguen la actualidad norteamericana y conocen a sus personajes más destacados. Por supuesto, esto no quiere decir que alguien que no vea la CNN o Fox News no vaya a disfrutar de estos dibujos animados – sólo por ver a Trump caricaturizado merece la pena-, pero sí que se le saca mucho más provecho a cada episodio si se conoce el día a día político de Estados Unidos.
De hecho, la serie viene de la mano del cómico y presentador Stephen Colbert, un tío ácido como el solo que se dedica a sacarle punta humorística a la actualidad. Y no hablamos sólo de las frases para la posteridad que suele regalar Donald Trump, sino que Colbert se atreve con temas tan serios como la pena de muerte en un país profundamente dividido por este asunto.
Dibujos para abordar temas adultos
La primera temporada de ‘The cartoon president’ consta de 17 capítulos de media hora de duración y cada uno de ellos se mete de lleno en un tema polémico o de interés general, quitándole importancia y – precisamente por satirizarlo – haciéndolo más comprensible para quienes no controlan de actualidad: El debate del Estado de la Unión, la cena de corresponsales, el legado de Barack Obama, las acusaciones de nepotismo…
Bajo esos personajes ridiculizados a propósito se tratan temas muy complejos y eso es algo que, cuando hablamos de humor, suele funcionar muy bien.
La muestra es que una de las series de animación más importantes del los últimos años – de hecho, ya se ha convertido en serie de culto- es ‘Rick y Morty’, que puedes ver en el canal TNT a través de Orange TV. Aquí la temática no es la política o la actualidad social, sino la ciencia: bajo el paraguas de las bromas groseras y las muertes más macabras que hemos visto en una serie de dibujos animados, ‘Rick y Morty’ plantea debates científicos de primer orden que, en muchas ocasiones, terminan incluso planteándonos el sentido de nuestra propia existencia. Eso sí, antes nos hemos dado un baño de carcajadas porque, por encima de todo, este tipo de series buscan hacer reír a toda costa.
Otro ejemplo también recientes es ‘F is for family’, una serie que aborda la idea del ‘sueño americano’ y la importancia de crear una familia, tener un trabajo… todo lo que la clase media norteamericana y por extensión, la europea, siempre ha soñado, relatado sin filtros y con un humor adulto sencillamente delicioso.
‘Rick y Morty’, ‘F is for family’ y ‘The cartoon president’ son parte de la nueva oleada de dibujos animados para adultos que nos ayudan a reírnos de ideas y temáticas muy complejas, siempre con la provocación por delante. ¡Por eso son tan endiabladamente divertidas
