Coincidiendo con el reciente traslado del programa musical de ‘La Voz’ de Telecinco a Antena 3, la presentadora Eva González, que tanto éxito había alcanzado con el concurso culinario ‘Masterchef’ en TVE, abandonó el formato para conducir el show talent musical. Un cambio drástico y arriesgado en plena cresta de la ola. Pero esto no es algo nuevo. La migración de presentadores de éxito se ha dado prácticamente desde el inicio de los tiempos. Una decisión muy peligrosa que ha significado en muchos otros casos el fracaso de esas estrellas que triunfaban, cayendo prácticamente al olvido. Afortunadamente algunos consiguieron remontar tras ese tropezón inicial y seguir siendo caballo ganador en su nueva casa. Pero otros no tuvieron tanta suerte.
Con el nacimiento de las televisiones privadas a comienzos de los 90 y la fragmentación de la publicidad, se inició una guerra por las estrellas televisivas, señas de identidad de los nuevos canales, y que generaban importantes ingresos a las cadenas en medio de duras y feroces batallas por la audiencia. Lo que dio lugar a los ‘fichaje estrella’ en la pequeña pantalla o, dicho de otro modo, el ‘robo’ de las gallinas de los huevos de oro a los competidores.
Emilio Aragón, de oca a oca
Emilio Aragón, quien fuera ‘Milikito’ en TVE hasta entonces, fue uno de los primeros casos antológicos. El hijo de Miliki, el famoso payaso de la tele, aterriza en Telecinco en 1990 para ponerse al frente del programa ‘VIP’ y de todas sus versiones -‘VIP Noche’, ‘VIP Guay’, ‘VIP Tarde’, ‘VIP Mar’, etc.-, el primer gran éxito de Telecinco. Es ahí donde Emilio Aragón consiguió realmente su popularidad con su simpatía y mirada inocente detrás de unas enormes gafas redondas, conjuntando su esmoquin negro con zapatillas blancas de deporte. Hasta el punto de convertirse en omnipresente y en la cara principal de la cadena.
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Entonces llegamos a 1993 y Antena 3 le lanza una suculenta oferta imposible de rechazar. Según se publicó en los medios de la época, habría recibido 1.500 millones de pesetas (9 millones euros) por dos años, más un 40% de publicidad, por presentar el espacio ‘Noche, noche’… que resultó un fracaso de audiencia.
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Afortunadamente ese mismo año llegó ‘El gran juego de la oca’, un concurso que rompió moldes por su gigantesco plató con las casillas a tamaño real del famoso tablero y sus arriesgadas pruebas, con el que sí cosechó otro gran éxito televisivo, aún presente hoy en nuestra memoria.
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Concha Velasco, encantada de la vida
A Emilio Aragón le siguieron ese mismo año Belén Rueda, Concha Velasco o Jesús Puente, que también hicieron las maletas para cambiarse de cadena. Todos ellos contaban con un volumen muy goloso de seguidores para los directivos de los canales. Estos pensaban que al fichar a esa estrella televisiva para su cadena, la audiencia se mudaría de la misma manera. Y casi nunca es así. Concha Velasco era probablemente la presentadora mejor pagada de Telecinco en aquel tiempo por presentar ‘Querida Concha’, un espacio de variedades, y pasó a estar ‘Encantada de la vida’ en Antena 3 con un formato similar.
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Pero sin llegar al año de emisión, la actriz decidió no continuar y romper el contrato por desacuerdos con la cadena. Velasco no entendió que los responsables cambiaran de día y de hora la emisión por motivos de audiencia y sin consultar. Tampoco fue una marcha traumática. Después volvió a la misma cadena, pero con varias series que pasaron desapercibidas, ‘Yo, una mujer’ (1996) y ‘Mamá quiere ser artista’ (1997). Incluso fue la protagonista de la primera temporada de ‘Compañeros’ en 1998. Serie de la que también se marchó cuando estaba despegando y que terminó siendo un éxito y todo un fenómeno social, sobre todo entre las masas adolescentes.
Belén Rueda también se hizo popular junto a Emilio Aragón en los programas de ‘VIP’ y se trasladó junto al showman a ‘Noche, noche’, donde no tuvieron suerte. Ya por su cuenta, presentó el programa de bromas ‘Ta Tocao’ de Antena 3 y algún otro, pero sin tanto lustre como se esperaba. No sería hasta su breve incursión en ‘Médico de familia’ (Telecinco) como Clara Nadal en 1997, presentación del personaje que después interpretaría con éxito en la serie ‘Periodistas’, donde empezaría a consolidarse como actriz de referencia respaldada por los espectadores. Más tarde le llegarían ‘Los Serrano’ y papeles importantes en varias películas.
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Y el actor Jesús Puente, por su parte, estaba al frente de ‘Su media naranja’, el concurso de parejas que se hizo tan popular a principios de los 90 en Telecinco. Cobraba cerca de millón y medio de pesetas a la semana (9.000 euros), cuando fue fichado por Antena 3 en 1994 con una oferta que duplicaba su sueldo para presentar inicialmente ‘Confesiones’, un programa de entrevistas. Pero al final sustituyó a Isabel Gemio en ‘Lo que necesitas es amor’, que ya estaba siendo un éxito, y que seguía la misma línea amorosa que había dejado Jesús Puente en la competencia. Tras cuatro años, decidió abandonar el formato para protagonizar la serie ‘Ada Madrina’ en la misma cadena junto a Carmen Sevilla, pero fueron perdiendo seguidores y se mantuvo pocas semanas en antena. La actriz sevillana, quien acababa de aterrizar después de haber recuperado su popularidad con el Telecupón en Telecinco, donde estuvo siete años, al cambiar de cadena presentó algunos programas de variedades que también pasaron sin pena ni gloria para la audiencia.
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Pepe Navarro, cruzando el Mississippi
Especial atención requiere lo que le sucedió a Pepe Navarro. El periodista empezó a presentar diversos programas en Antena 3 en la primera mitad de los 90. Sobre todo el matinal ‘Vivir, vivir… qué bonito’, y posterior ‘Todo va bien’, convirtiéndose en líder de las mañanas durante dos temporadas. Tras presentar la segunda temporada de ‘El gran juego de la oca’ y un principiante late night con cierto éxito, ‘Estamos todos locos’, Navarro ficha por Telecinco. Aunque al principio la idea era que llevara las mañanas, se pone en marcha en 1995 el legendario ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’, toda una revolución en el panorama televisivo y que abrió la franja horaria hasta entonces inexistente del late night (a partir de las 12h de la noche). Tenía un estilo muy similar a lo que ya se hacía en la televisión americana, con mesa del presentador frente a un skyline nocturno de rascacielos como fondo, sofá a un lado para los invitados y público en directo enfrente. Y por supuesto, la taza de café. Logró audiencias que nadie ha vuelto a lograr en esa franja, cercanos al prime time, la hora de máxima audiencia del día. Por allí desfilaron personajes míticos como Pepelu (Carlos Iglesias), Santiago Urrialde con su versión de Rambo, Florentino Fernández que daba vida a Krispin Klander y Lucas Grijander, Doña Reme (Maribel Ripoll) o Las Veneno, entre otros.
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Tras dos temporadas de éxito arrollador, en 1997 regresa a Antena 3 con todo su equipo, siguiendo la misma mecánica con ‘La sonrisa del Pelícano’, pero fue cancelado repentinamente a los tres meses de emisión, con enormes polémicas de por medio, con la excusa de que estaba vulnerando el código deontológico de la cadena. Navarro cruzó así el Mississippi y fue su sentencia de muerte televisiva.
Entre las muchas polémicas que rodearon al programa de Pepe Navarro, sobre todo en su etapa de Telecinco, destacó la demanda que les interpuso el humorista Chiquito de la Calzada por el personaje que interpretaba Florentino Fernández de Lucas Grijander, basado en él. En esos años, el humorista se había hecho famoso en toda España gracias al programa de chistes ‘Genio y figura’ (1994) de Antena 3, junto a otros como Paz Padilla que se dieron a conocer allí. Todo un boom televisivo, capitaneado en su primera etapa por el mago Pepe Carrol, a quien también le llegó una enorme popularidad gracias a este espacio. Precisamente un año después, el mago fichó por Telecinco para ponerse al frente de dos espacios que no obtuvieron ningún revuelo, ‘Vaya nochecita’ (1995) y ‘Aquí no hay quien duerma’ (1996), mientras que el programa de Antena 3 que había dejado continuó con su éxito y Chiquito a la cabeza, pasando a llamarse ‘Ingenio y locura’, con Bertín Osborne y ‘Un millón de gracias’ con Las Virtudes. Tras esa fugaz incursión en Telecinco, Pepe Carrol tampoco volvió a tener nunca más un formato propio y centró su carrera en actuaciones en salas de fiesta y breves intervenciones en ‘Sorpresa, sorpresa’ de Antena 3.
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Mª Teresa Campos, Risto Mejide o José Mota, vuelta al redil
En una etapa más reciente, fuimos testigo de sorprendentes casos de estrellas mediáticas que tras un cambio de cadena tuvieron que volver al redil. María Teresa Campos, tras ocho años como reina de las mañanas en Telecinco con ‘Día a día’, y por una pataleta con Paolo Vasile, se traslada con todo su equipo a las mañanas de Antena 3 para hacer ‘Cada día’ en 2004, programa que duró poco. Mediaset aprovechó para fichar a Ana Rosa Quintana, reina de las tardes de Antena 3 con ‘Sabor a ti’, para sustituirla y donde se mantiene hasta el día de hoy. Tras su fracaso, María Teresa volvió a Telecinco.
El polémico jurado Risto Mejide, que había obtenido por fin su programa propio ‘Viajando con Chester’ (Cuatro), migró a Antena 3 por cuestiones económicas con ‘Al rincón de pensar’ en 2015, donde aclaró los cristales de sus famosas gafas. Tras apenas poco más de un año, también regresó a Mediaset con nueva versión del Chester. O el humorista José Mota, icono de TVE, sobre todo en sus Nocheviejas, fichó por Telecinco en 2012 donde no obtuvo el boom esperado y en 2015 regresó a TVE.
Ya fuera por convicciones personales, cuestiones económicas u ofertas millonarias de los directivos de las cadenas, lo cierto es que fichar a esas estrellas televisivas con las que esperan cosechar los mismos éxitos parece una estrategia dudosa. Pero no seamos ingenuos. En el fondo los objetivos están bien cumplidos: destruir ese éxito de la competencia que tanto les molestaba y que es irrecuperable después. La estrategia ‘Ni contigo, ni sin ti’ al final les vale la pena en esa guerra por las audiencias.
Imagen | montaje propio con capturas de YouTube