‘El precio justo’, ‘Un, dos, tres’ y ‘¿Qué apostamos?’: viejos éxitos televisivos que fracasaron en su regreso

'El precio justo' y otros programas que intentaron volver y fracasaron
/ 22 octubre, 2019

El antológico concurso ‘Juego de niños’ volvió este 2019 a nuestras pantallas después de 27 años. Causó gran expectación entre los nostálgicos. Sin embargo, el regreso de viejos formatos televisivos que tuvieron mucho éxito en el pasado no siempre son apuestas seguras.

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Se impregnaron en la mente de la audiencia, que recuerda con cariño esos formatos que tanto ilusionaban y entretenían, pero la realidad es que pocas veces han vuelto a triunfar como se esperaba de ellos. Su tiempo caducó. Y aunque muchas veces tienen cierto respaldo inicial, motivado por esa nostalgia, casi siempre terminan desinflándose y sufriendo un triste y repentino final. 

Juego de niños’, como decíamos, volvió a TVE el pasado mayo y con su último presentador, Javier Sardá, el más recordado por el público, donde varios famosos compiten en adivinar una palabra a partir de las pistas que describen los niños y ganar los míticos Gallifantes.

Habrá que esperar a ver si el apoyo de la audiencia permite que se produzcan nuevas entregas. Empezó muy fuerte, con 1.209.000 espectadores y una cuota de pantalla del 8,4% en su primer programa, pero fue perdiendo fuelle semana tras semana hasta alcanzar una media de 716.200 espectadores y un 5,8% de pantalla con los programas emitidos hasta ahora.

«¡A jugar!»

Peor camino llevó la nueva versión de ‘El precio justo’, primer caso que repasamos hoy como regreso fallido y sin lustre. La versión primitiva del concurso llegó a TVE de la mano del veterano presentador Joaquín Prat (padre del presentador de mismo nombre), en antena desde 1988 hasta 1993. No eran necesarias destrezas muy agudas, ni conocimiento cultural.

Era un programa de azar donde los concursantes tenían que, sin pasarse, aproximarse al precio de los regalos. Cualquiera del público podía ser llamado al atril, cuando Joaquín Prat los invitaba “¡a jugar!”, acompañado por su famoso movimiento de ‘ese’ con el brazo.

El formato recibió duras críticas por su bajo valor cultural y por su enorme carácter consumista con desfiles desmesurados de marcas. Lo mismo regalaban un chaleco salvavidas, unas ánforas o un reloj de arena que un coche, un yate, un viaje o un apartamento. Fue el programa que regaló el mayor premio de la historia hasta entonces en un escaparate final valorado en 40 millones de pesetas (240.000€ actualmente). 

Lo cierto es que la novedad del formato, el carisma de Joaquín Prat y la inconfundible voz de Primitivo Rojas describiendo los regalos ganaron a la audiencia. Uno sentía encontrarse dentro de unos grandes almacenes con regalos de lujo, donde de repente saltaban las señales sonoras por megafonía anunciando una oferta, mezclado con un tono feriante, charla de tómbola, juegos y azafatas, y todo ello arropado por esas sintonías tan características y reconocibles. La combinación perfecta.

Batió récords de audiencias con una media de 17 millones de espectadores y se convirtió en el espacio más rentable para la televisión pública. El 9 de agosto de 1993 se marcharon dejando la puerta abierta, pero no regresaron. Un par de años después fallecía Joaquín Prat a los 68 años.

La entrada del euro

La 1 de RTVE decide recuperar el concurso en 1999 con Carlos Lozano y Guillermo Romero como voz en off. Aunque respetaba las reglas básicas, el formato fue muy diferente al de Joaquín Prat. Se convirtió en un programa diario de lunes a viernes, en horario de tarde, con una duración menor, con un plató más moderno, e identidad y sintonías diferentes. Con este cambio, era imposible que los regalos fueran tan jugosos como los de la edición de prime time.

La novedosa aportación de esta nueva etapa fue la presencia del euro, que estaba a punto de entrar en circulación, con el fin de que aprendiéramos a utilizarlo de forma divertida. Sin embargo, no retuvo a la audiencia. Lejos de las cifras de su antecesora, fue perdiendo fuerza hasta cancelarse en 2001, antes de que la moneda europea llegara a nuestras vidas.

Un lustro después, Antena 3 se hizo con los derechos del concurso y lo estrenó en septiembre de 2006 presentado por Juan y Medio. También diario y en horario de tarde. Y aún fue mucho peor. Aunque también empezó mejorando su franja con casi el 17% de audiencia en sus primeras emisiones, la audiencia se fue desplomando. Fue trasladado a la franja matinal, antes de ‘La Ruleta de la Suerte’ de Jorge Fernández, que también había estrenado nueva etapa ese año. Pero tras un par de semanas más, fue cancelado definitivamente.

¡A leer esta vez!

Otro triste final fue el del legendario ‘Un, dos, tres’. Chicho Ibáñez Serrador, fallecido hace unos meses, estrenó este concurso en TVE en 1972 con Kiko Ledgard, cuando la televisión aún era en blanco y negro, y continuó en lo alto durante dos décadas. Tenía algunos descansos entre etapas que no solían superar los tres años, pero siempre volvía con la misma fuerza. Era todo un acontecimiento nacional cada emisión.

Combinaba una parte de preguntas y respuestas, pruebas de habilidades físicas y una subasta de regalos entremezclado con actuaciones en directo y mucho humor, gracias al Dúo Sacapuntas, Arévalo, Antonio Ozores, Don Cicuta (Valentín Tornos), Beatriz Carvajal, Pepe Viyuela, La Bombi (Fedra Llorente), Bigote Arrocet, las Hermanas Hurtado, Raúl Sender o Ángel Garó, y cómo no, la Calabaza Ruperta, la mascota del programa.

Durante 1988 y 1987 fue la etapa más seguida de la historia del programa, con picos de más de 25 millones de espectadores, conducido por Mayra Gómez Kemp, la primera mujer en presentar un concurso de televisión en el mundo, y la que más tiempo estuvo al frente.

Diez años pasaron para que TVE decidiera recuperar el concurso de Chicho, adaptándolo a los nuevos tiempos, sin perder su esencia y dando un peso protagonista a los libros. Tal es así que regresó con el título ‘Un, dos tres… a leer esta vez’, presentado por Luis Larrodera. El primer programa emitido el 9 de enero de 2004 arrancó con un 40% de cuota de pantalla y 6.803.000 de espectadores. Todo un récord para el mítico concurso. Aunque la nostalgia y la alegría de que volviera el formato tras una década ausente duró poco.

Cuando Chicho Ibáñez Serrador se enteró, y casi de casualidad, de la cancelación, quiso convencer al director de la cadena, Juan Menor, de producir al menos un programa más e incluso correr con los gastos de producción y terminar el ‘Un, dos, tres’ con buen sabor de boca y por lo alto. La propuesta fue rechazada y aquello se convirtió en una espina muy dolorosa con la que tuvo que vivir Chicho hasta el final de sus días.

¿Qué apuestan las estrellas?

Los retos más insólitos y espectaculares hicieron de ‘¿Qué apostamos?’ otro pelotazo de TVE entre 1993 y 2000. Ramón García y Ana Obregón dieron su impronta al programa. Y no olvidemos al maestro Leiva, director de la orquesta que musicalizaba el concurso con una de las sintonías más cantadas de la televisión, obra de Danilo Vaona e interpretada por los propios presentadores. “Si consigues alcanzar un campanario, subido en 20 sillas a la vez”, arrancaba.

Colocar un camión de bomberos sobre cuatro vasos de cristal, reconocer una canción escuchando 0,25 segundos del inicio, colocar una bombilla en su soporte con la pala de una excavadora o adivinar un producto mirando el código de barras fueron algunos de los retos que se recuerdan. Cada programa traía además cuatro invitados famosos para apostar. Y grandes figuras internacionales como Sophia Loren, Alain Delon, Christopher Reeve (Superman), Gérard Depardieu, Mia Farrow, Catherine Deneuve o Jean-Claude Van Damme. Aunque más famosas se hicieron las duchas del final del programa y la mítica comisión que deliberaba.

Años después, la Forta, unión de algunas cadenas autonómicos, en su estrategia por recuperar viejos formatos líderes de audiencia, estrenó ‘¿Qué apostamos?’ en 2008. Carlos Lozano, quien ya había pasado el tsunami de ‘Operación Triunfo’, se puso al frente. Pero al igual que con ‘El precio justo’, no tuvo el suficiente tirón. Mantenía la mecánica original, pero con un tono más descafeinado y carecía de las estrellas invitadas de primer nivel que acompañaron a la versión de TVE. Ese mismo año se canceló.

Celestina, la vaquilla

Igual que le ocurrió al otro concurso memorable de Ramón García, el ‘Grand Prix’, que arrancó en 1995 en TVE y que duró 10 años en antena. Llegó a tener audiencias del 40%, con más de 4 millones de espectadores. La mecánica se centraba en una rivalidad entre dos pueblos de España, con todo tipo de pruebas físicas, donde no podía faltar Celestina, la vaquilla. En su última temporada de 2005 ya empezó a flaquear y TVE decidió no emitir nuevas entregas. Fue cuando la productora Europroducciones decidió vender el formato a otras cadenas de televisión.

De nuevo, la Forta decidió recuperarlo en 2007 con Bertín Osborne y Cristina Urgel, pero el programa duró solo un par de años más. Telemadrid, Canal 9, Castilla La Mancha o Canal Extremadura fueron algunas de las cadenas donde se pudo ver esta versión.

Guerra musical de sexos

Popurrí, popurrí” fue uno de los emblemas que más se popularizaron gracias al concurso musical ‘Furor’ de Antena 3 y que aún hoy permanece en nuestro vocabulario cotidiano. Cada sábado, seis famosos y seis famosas competían en distintas pruebas que giraban en torno a la canción, en lo que muchas veces se convertía en una guerra de sexos. Y el responsable de distribuir las pruebas era Alonso Caparrós.

Con el aliento del público asistente, también dividido en chicos y chicas, cada sábado se convertía en una fiesta de gala. Arrancó en 1998 y llegó a alcanzar el 27,6% de audiencia en su primera temporada. Fue un misterio que desapareciera en 2001, aunque Alonso Caparrós ha contado en televisión que el éxito del programa le nubló la razón, llevándole a una mala vida, y optó por abandonar la primera línea para recuperarse.

Años después, la Forta actuó por tercera vez y lo recuperó el 17 de mayo de 2006, con el mismo presentador esta vez. Pero aun así, el furor se había disipado ya en la audiencia y se canceló muy pronto.

Sorpresas y espinas

Con ‘Sorpresa, sorpresa’, Isabel Gemio se convirtió en la ‘gemio de la lámpara’ oficial en España al cumplir los sueños de cientos de personas. Desde conocer a un ídolo hasta reencontrarse con un familiar al que no se veía desde hace años.

El programa comenzó en 1996 en Antena 3 y, además de su pegadiza sintonía, marcó la diferencia por las grandes dimensiones del plató, con cientos de personas en gradas y unas inmensas escaleras donde Isabel Gemio subía y bajaba con su flequillo corto, su carpeta y una rosa. Y es que cualquiera podía ser el siguiente sorprendido y sentarse en el sofá central que ascendía desde el subsuelo. Isabel Gemio parecía conocer muy bien la vida de cualquier presente.

El presupuesto del programa se permitía traer a grandes estrellas como Charlton Heston, el mago David Copperfield, Whitney Houston, Gloria Estefan, Sophia Loren, Celia Cruz, Michael Douglas, Rocío Jurado, Mónica Naranjo, el actor de ‘Cosas de casa’ Jaleel White (Steve Urkel), las ‘Spice Girls’, los ‘Backstreet Boys’ e incluso Michael Jackson. Un show de cuatro horas en directo con las que ‘Sorpresa, sorpresa’ logró cuotas del 40% en sus tres años de emisión y audiencias millonarias.

La última temporada fue presentada por Concha Velasco en 1999. Pero no tuvo la misma fuerza y la audiencia dejó de acompañar el programa. Muchos seguidores se preguntaron durante años por qué Isabel Gemio había dejado el exitoso formato, lo que dio lugar a su caída. Y es que quedó embarazada y aunque dijo a los directivos que se reincorporaría en cuanto diera a luz, finalmente la sustituyeron. Un episodio triste para Isabel. Y más aún porque se olvidaron de ella en el primer programa de Concha Velasco. Ni la mencionaron.

Una espina que se quitó ocho años después, cuando en enero de 2007 Antena 3 decidió emitir dos especiales del programa, contando de nuevo con ella. La cadena se lo tomó como una especie de test para valorar la acogida de la audiencia y plantearse una emisión regular.

Los programas fueron seguidos por 3.108.000 espectadores, con un 21,6% de cuota de pantalla, pero los nostálgicos echaron de menos infinidad de detalles, desde las propias escaleras del auditorio, que se redujeron y contaban con un espacio más llano de público, hasta el propio corte de pelo de la presentadora, que no lo llevaba tan corto como en los 90. Ya no tenía ese boom de antaño, los resultados no fueron tan espectaculares y, al ser un formato costoso, finalmente se descartó una continuidad.

Ha habido más casos, como ‘VIP’, ‘Moros y cristianos’ o ‘Caiga quien caiga’. Incluso ‘El gran juego de la oca’, ‘Farmacia de guardia’ y ‘Manos a la obra’. El recuerdo siempre provoca una idealización. Se fueron en su momento álgido. Y al regresar tiempo después, nunca vuelve a ser lo mismo. ¿Por qué? Un presentador o presentadora que cambia, la sintonía, variaciones en el formato o decorados distintos. Traspasos de cadena. O por ser una época y sociedad diferentes. Sencillamente, su momento pasó.

Imagen de portada | Montaje con fotogramas de Youtube

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