Más que un ‘striptease’, ‘P-Valley’ es un grito de lucha

P-Valley
/ 8 julio, 2020

¿Cómo viven las bailarinas de un local de striptease? STARZPLAY, disponible a través de Orange TV, nos trae ‘P-Valley’, uno de los grandes estrenos del verano.

Katori Hall es una reputada dramaturga estadounidense. Es conocida por ‘Mountaintop’, en la que escenifica la última noche de Martin Luther King antes de ser asesinado, aunque su compromiso con la comunidad negra se muestra en cada uno de sus trabajos.

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En 2015 estrenó ‘Pussy Valley’, una obra teatral con la que retrataba el día a día de un pequeño bar de striptease en el corazón de la América sureña. Pero no quería tramas manidas ni personajes estereotipados. Así que pasó varios meses documentándose en clubes nocturnos y entrevistándose con las trabajadoras, que le contaron sus experiencias, frustraciones y esperanzas.

Todo esa lucha y reivindicación se vio volcada en una obra con tanta repercusión que STARZPLAY decidió convertirla en serie y que ahora podemos disfrutar en ocho intensos capítulos de una hora.

Libertad sexual no sexualizada

Si alguien espera que ‘P-Valley’ sea un melodrama en el que unas pobres chicas se ven obligadas a trabajar semidesnudas mientras todos intentan abusar de ellas, está muy equivocado.

La acción se sitúa en The Pynk, un pequeño club en el delta del río Mississippi, en el sur de Estados Unidos. Los lugareños acuden para ver a chicas bailar mientras se quitan la ropa, es obvio. Pero lo verdaderamente interesante no es lo que se muestra sobre el escenario, sino la historia de cada una de estas mujeres.

Si algo desprende ‘P-Valley’ es el respeto que estas trabajadoras merecen. Hay rivalidad y ganas de prosperar, pero también camaradería. Se trata de un tipo de empoderamiento femenino que pocas veces hemos visto en televisión. No son personas influyentes ni iconos de revista, pero son tan luchadoras y válidas como cualquiera.

Una producción que desmonta mitos. Según palabras de la propia Hall, la serie, aunque a priori parezca lo contrario, quiere ‘desexualizar’ a la mujer negra. Muchas de estas bailarinas han elegido voluntariamente este trabajo y no buscan la compasión de nadie. Son las primeras en plantar cara a cualquier tipo que pretenda faltarles el respeto.

Y esto lo consiguen dignificando el trabajo de pole dance. Un esfuerzo atlético para el que hace falta mucho entrenamiento y disciplina. Y, al mismo tiempo, un ejercicio plástico, lleno de belleza, perteneciente al arte de la danza.

La perspectiva de la población negra sureña

Después del éxito de ‘Power’, protagonizada por Omari Hardwick como el dueño de un popular club nocturno, Starz quiere seguir conectando con la comunidad negra a través de sus ficciones. Un reclamo que en la era del Black Lives Matter cobra más importancia que nunca.

‘P-Valley’ afronta el tema del racismo, que en sociedades como la sureña es especialmente palpable. Y el de los lobbies de poder que ejercen su control en las pequeñas comunidades. En ellas, el valor de las personas se mide por su respeto a la tradición, su imagen social y sus ‘tragaderas’ a la hora de lidiar con la hipocresía.

P-Valley

The Pynk se convierte en un pequeño reducto de libertad, un oasis en el que los olvidados pueden brillar con luz propia. La serie nos recuerda, en un primer momento, a ‘True Blood’, esa divertida orgía de criaturas fantásticas sin miedo a pulular por polvorientos caminos. Sin embargo, rápidamente nos remite a la llamada ficción gótica sureña representada en ‘True Detective’ y ‘Sharp Objects’. Producciones en las que un suave velo cubre la podredumbre social.

Caleidoscopio de personajes

El trabajo de documentación de Hall se refleja en una amalgama de personalidades que quiere dar cabida a todas las realidades humanas. Esas mujeres no son solo bailarinas, sino también madres, hijas, amantes… Los clientes del local no disfrutan sin más del espectáculo erótico, sino que cargan con la bruma del día a día.

Tenemos tres personajes principales. Por un lado está Mercedes, interpretada por Brandee Evans, que en la vida real también trabaja como coreógrafa. Es la estrella de The Pynk, una veterana del pole dance que está a punto de retirarse. Para preparar su personaje, Evans se ha ejercitado duramente en el dominio de la barra, una disciplina que ya no piensa abandonar.

Por otra parte tenemos a Autumn Night, a la que da vida Elarica Johnson (‘Harry Potter y el misterio del príncipe’). Ella es la nueva, ese pez fuera del agua con el que arrancan tantas ficciones, que deberá aprender el negocio desde cero pero a la que se le adivinan unas cualidades excepcionales que la convertirán en digna sucesora de Mercedes.

Aunque, sin duda, el personaje que cala desde el primer momento en cualquier espectador es Uncle Clifford (Nicco Annan, que también aparece en ‘This is Us’). Es el dueño del local, una persona que lucha por salvar The Pynk de sus deudas y de una ejecución hipotecaria. Clifford es un personaje de género no binario, pues no se identifica con ningún sexo mientras viste, se maquilla y peina como le da la gana. Su inclusión da visibilidad a un colectivo que llama a las puertas de la normalización. Sin embargo, detrás de su verborrea y su saber estar hay una persona que ha sufrido la homofobia demasiadas veces.

Todo listo para dar la bienvenida a ‘P-Valley’, la nueva propuesta de STARZPLAY, disponible a partir del 12 de julio. Como dice su protagonista: “En esta vida siempre hay que darlo todo.”

Imágenes | Lionsgate

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