‘The Great’ se ha propuesto desmontar todos los mitos de la Rusia zarista en una hilarante comedia de diez episodios. Mucho antes de que la Dinastía Románov y el misterio de Anastasia coparan todo el protagonismo, el imperio ya contaba con todo un símbolo de grandeza, Catalina II. Elle Fanning se mete en la piel de la zarina en la versión más canalla del despotismo ilustrado a la rusa.
La sátira sobre las excentricidades de las casas reales es casi tan antigua como la propia figura de la Corona. Los peinados y costumbres de María Antonieta eran objeto de burla en la prensa francesa de la época, al igual que lo fueron también los tartamudeos de Jorge VI de Inglaterra en el siglo XX o el inusual aspecto de Carlos II de España, por el que la sociedad barroca lo terminó apodando como ‘El Hechizado’.
No es de extrañar que el guionista Tony McNamara, que ya se encargó de mostrar una visión muy poco convencional sobre la monarquía en la aclamada cinta ‘La Favorita’, ahora se embarque en un proyecto que tiene todo su sello. ‘The Great’, ya disponible en STARZPLAY a través de Orange TV, es uno de los estrenos más esperados de la temporada. Toda una oportunidad para conocer las idas y venidas de Catalina la Grande y su corte en una interpretación libre de la historia oficial.
Basada en hechos reales (más o menos)
El cine lleva décadas vendiéndonos una perspectiva bastante edulcorada sobre el siglo XVIII. Los grandes palacios repletos de obras de arte y las costumbres refinadas distan bastante de lo que en realidad vivían los habitantes de la época. Ya Miloš Forman se encargaría de desmentir esta visión con una ambientación muy acertada en ‘Amadeus’, el imprescindible biopic sobre la vida del genio Mozart.
La enfermedad, el hambre y las diferencias entre la nobleza y el pueblo eran más palpables que nunca durante la época. De hecho, la llegada de la Ilustración tampoco iba a suponer grandes cambios en las perspectivas de mejora, tanto del pueblo llano como de los intelectuales del momento.
‘The Great’ recoge el testigo de un episodio clave de la historia rusa y satiriza las incongruencias de la zarina. Catalina la Grande (o Ekaterina Alekséyevna) es una inocente emperatriz que presume de costumbres refinadas e intereses ilustrados. Sin embargo, tras ella se esconde una déspota con ansias de poder a la que no le tiembla el pulso a la hora de tratar con desprecio a sus siervos y que hará todo lo posible por robar el trono a su propio marido.
La batalla que emprenderá la zarina por hacerse con el trono, sumado al humor surrealista que caracteriza a sus creadores, regalará grandes momentos a los aficionados de las comedias absurdas al estilo británico. Si en la ‘María Antonieta’ de Sofía Coppola hablaban de Versalles como un universo aparte, ‘The Great’ nos mostrará la cara más divertida de las guerras de poder dentro del Palacio de Invierno, sin que la falta de rigor histórico suponga problema alguno.
Sí, quiero… La corona
https://youtu.be/I3g6nHd691c
Si la mayor parte de los matrimonios concertados están prácticamente abocados al fracaso, la historia de Pedro III (Nicholas Hoult) y Catalina II (Elle Fanning) en ‘The Great’ es casi la crónica de una muerte anunciada. Las aspiraciones idealistas y románticas de la emperatriz se frustran nada más contraer matrimonio con el zar, un mocoso egoísta con el que no comparte ninguna de sus inquietudes.
Los constantes desprecios y malos modales terminarán por hundir a Catalina. En medio de toda una crisis existencial, que incluso la lleva al borde del suicidio, conocerá a Marial (Phoebe Fox), una sirvienta que le mostrará un camino alternativo. Es así cómo la zarina pondrá en marcha todo su potencial seductor para derrocar a Pedro III a través de pactos y elegantes artimañas.
Al fin y al cabo, la tarea de conseguir la corona es muy ‘sencilla’. Catalina solo necesita asesinar a su marido, hacerse con el favor de las fuerzas militares, derrotar a la Iglesia y conseguir el apoyo de toda la corte.
Poco a poco, en un relato repleto de situaciones comprometidas, seducción y los habituales líos de faldas que definían buena parte de la política en el siglo XVIII, Catalina irá moviendo sus fichas para dar el golpe de estado definitivo. Todo un paso hacia la soberanía y por el que terminará siendo apodada como ‘la Grande’.
Un golpe sin sangre
A pesar de que estemos ante una serie un tanto anacrónica y ficticia, las aspiraciones de la zarina sí que son iguales a las de la monarca auténtica. Sin embargo, no se produjo ningún derramamiento de sangre cuando Catalina consiguió derrocar a su propio marido, sino que aprovechó la ausencia del zar en San Petersburgo (Rusia) para tomar el poder, después de que este hiciera una escapada al Palacio de Verano junto a sus guardias y amigos.
Aunque el acceso al trono de Catalina se produjo de forma pacífica, sí que hay todo un halo de misterio en torno a este episodio de la historia. Sobre todo porque Pedro III fue asesinado seis meses después del derrocamiento en condiciones bastante inusuales. Por supuesto, su consorte no pudo librarse de las acusaciones de conspiración y, a día de hoy, ni siquiera los historiadores se ponen de acuerdo.
El gobierno de Catalina la Grande fue, no obstante, el más longevo de la historia de Rusia y muchos consideran que lo suyo fue todo un ejercicio de feminismo en plena Ilustración. ‘The Great’ le da la vuelta a este relato de grandeza y complot, con los gags más políticamente incorrectos sobre la monarquía y un estilo fresco y particular que solo un creador como McNamara es capaz de firmar.
Imágenes | STARZPLAY