Siempre que terminamos una serie que nos ha enganchado nos quedamos pensando en el final, y en si era lo esperado o podía haber terminado de otra forma con un final alternativo. Si esto fuera cosa nuestra, cambiaríamos el desenlace de muchas.
Advertencia: este post está lleno de (no tan divertidos) spoilers. Lee bajo tu propia (i)rresponsabilidad. Dicho esto, sigamos. Si hay algo que está demostrando la ficción televisiva es su inagotable capacidad para reinventarse, arriesgarse o reciclarse sin miedo. Vivimos, como espectadores, años de producción salvaje y calidad indudable. ‘The Terror’, ‘Atlanta’, ‘Inside Nº 9’, ‘Sharp Objects’…
No hay nada imposible en ficción. A veces, tampoco hay nada cierto. La magia de la edición nos llega a convencer de que nuestros personajes favoritos están en un céntrico apartamento de Nueva York o de Los Ángeles, simplemente pasando de un plano exterior a uno interior. Pero si el plano se abriera un poco…
