Todo lo que hay que saber en el regreso de The Walking Dead

The Walking Dead - Chandler Riggs
/ 26 febrero, 2018

Antes de nada, ALERTA DE SPOILERS: nos ponemos al día con ‘The Walking Dead’ y hablamos de su futuro. En cuestión de horas podremos volver al universo de Rick y Negan, en FOX HD para OrangeTV.

El parón en la emisión de una serie sólo es parte de la estrategia de programación de una cadena. Pero para la producción significa someterse al examen de los espectadores. Es en ese punto -como cuando uno “necesita un tiempo”- en el que nos cuestionamos nuestra relación con la serie/persona; si ha cumplido o no nuestras expectativas.

Nos preguntamos: ¿Hemos vivido cosas tan importantes juntos como para no tirarlo todo por la borda? ¿Tenemos futuro? ¿Es esta mi idea de una relación feliz?

Es lo que vamos a analizar en este artículo: dónde nos quedamos -en la trama- y qué podemos esperar del regreso de ‘The Walking Dead’ por lo que nos han avanzado en promos y trailers, pero también por lo que podemos suponer, sabiendo de sobra cómo se las gasta esta serie. Eso que en Psicología Social se conoce como “expectativa de conducta”.

De dónde venimos

Venimos de otra temporada claustrofóbica argumentalmente. Otra granja, otra prisión. Otra entrega en la que la trama parece atascarse en un monotema. El de esta temporada, sigue siendo Negan. Él, que hubiera sido un adorable malo al que amar si no hubieran explotado tanto su sex-appeal.

Su último monólogo micro en mano a lo “Club de la Comedia” ante las puertas de Alexandria confirma que lo han desgastado, hasta convertirlo en una caricatura de sí mismo.

Y qué gran final de midseason hubiéramos vivido si cuando Rick tuvo a Lucille en sus manos hubiera aprovechado bien la ocasión, vengando la muerte de Glenn y Abraham. Justicia divina. Suponemos que se reservan su muerte para un show a la altura del personaje y con Lucille como estrella invitada. Justicia divina.

https://www.youtube.com/watch?v=swI9wGS4pLI

Pero es que, «se le da muy bien esta mierda de sobrevivir», dice. La octava temporada ya arrancó con el ataque frustrado a los Salvadores y el fracaso de Hilltop, Alexandria y el Reino, pese al optimismo de esos discursos motivadores a lo “300”.

Ocho capítulos después, el “mundo” es de los Salvadores y los buenos se han quedado sin reyes, sin líderes y sin hogar, que ha volado por los aires, literalmente. Tal vez es que aún había que darle algo más de motivación a Rick, aunque no le faltara. O someterle también a él a (aún más) terribles sufrimientos para hacerle descender al siguiente nivel moral.

¿Lo estamos haciendo bien?

Enfrentarse a los Salvadores ya ha supuesto para el grupo cambiar algunos de sus principios básicos. Matar a los vivos no siempre con una justificación clara (aunque caigan inocentes) o intentar imponerse a quien no quiere unirse a ellos (véase, los Carroñeros). Sus almas  han tenido que adaptarse a la situación para poder sobrevivir.

Los dilemas éticos a los que los personajes tienen que enfrentarse siguen siendo la enjundia de la serie. Los zombies sólo son secundarios -cada vez menos trascendentales, convertidos ya en meras armas arrojadizas-  la excusa para explorar los rincones más oscuros del alma humana.

El desconocido al que Carl ayuda es otro ejemplo práctico de Principios Básicos de Filosofía. Con él, nos lanza un mensaje: hacer lo correcto aún puede tener recompensa en el mundo postapocalíptico. Las leyes del karma siguen vigentes.

Si no fuera por él, no habrían pensado en las alcantarillas. Si Dwight no se hubiera replanteado su rol, el ataque a Negan hubiera sido impensable. Si Eugene no hubiera dejado de ser un egoísta, no podría tener su catarsis (que está por llegar). Como él mismo diría, “ergo” aún podemos tener fe en la raza humana.

Pero habrá quien la encuentre aburrida porque le interesan más los muertos; quien necesite mucha más acción y menos psicología.

Lo que es incuestionable es que la factura técnica de la serie no dejan de darnos cal y arena. Escenas de fuegos cruzados en los que se suspende la incredulidad, hordas de zombies en las que el trabajo digital canta. Pero también, momentos de gloria. Su habilidad para para meternos en la piel de un personaje y sin apenas líneas. Pura introspección narrativa.

O la capacidad para provocar tristeza y desolación mostrada en How it’s gotta be (8×08) y no sólo con golpes de efecto como el mordisco en el torso de Carl. La lenta y progresiva desaparición de la luz hasta envolvernos en la oscuridad, hasta conducirnos hasta una (su) ratonera fue una lección magistral de cómo la imagen puede decir, a veces, mucho más que los buenos diálogos. Que tampoco es que abunden.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

La primera parada, y la más obvia, será la muerte de Carl. Más trascendental para la continuidad de la serie será el impacto posterior que esta tendrá en Rick: no podrá volver a ser el que era. Pero la misión principal, tanto del ex-sheriff como del resto, será “matar a Negan”. “Termina la pelea”. O eso nos prometen.

Pero, advierte Carol, en la promo de FOX de su emisión en España (disponible en Orange TV, hoy a partir de las 22:20 h.), “vencer sólo lleva a mañana. Tal vez a una noche más. Después, ya no hay garantías”. Nos quedamos con la frase “¿quién es el siguiente?” de Negan que da a entender que, efectivamente, no habrá garantías al menos para otro más del bando bueno.

Ni para él mismo, que tiene los días contados. De hecho, Norman Reedus (Daryl) aseguraba hace poco que lo que veremos en estos ocho capítulos “es todo resolución”, que esperamos que sea un eufemismo de muerte entre terribles sufrimientos.

El problema es que estiren la trama otros ocho capítulos más. El ritmo desigual o incluso la ausencia del mismo, se está convirtiendo en su peor mal. Aunque compensarán con alguna que otra “sorpresa”, dice Reedus, que hará que merezca la pena la espera. Según Scott Gimple, hasta ahora showrunner, el final de esta temporada “probablemente es demasiado grande».

Sabemos por experiencia que se les da bien resolver cliffhangers cuando deciden hacerlo. ¿Gestionará bien los tiempos Alexandra Kang, la nueva showrunner, como no lo hizo Scott Gimple con el final de la séptima temporada?

Si la guerra se demora hasta mayo, tal vez se sigan quedando sin fans por el camino. Fans que también podrían indignarse con una posible desaparición de Maggie. Lauren Holden ha fichado para el piloto de un nuevo proyecto en ABC y no tiene un contrato blindado con AMC. Entre otras cosas porque estrella y cadena intentan a día de hoy llegar a un acuerdo económico que, si no prospera, podría suponer la muerte de La Viuda en la serie, uno de sus mejores activos.

Nos queda también esperar por la resolución de las dudas planteadas como ese misterioso helicóptero que Rick ve pasar en The Big Scary U (8×05). Si no es producto del delirio, podría suponer la entrada en escena de un nuevo y revolucionario arco argumental. Falta nos hace.

Pero los análisis sobre su futuro está de más cuando sabemos, por el director ejecutivo de AMC, que el universo de la serie podría seguir extendiéndose durante décadas. ¿Serán esas imágenes de Rick envejecido una pista de lo lejos que va a llegar?

Nos quedamos, como broche final, con la emotiva despedida de Andrew Lincoln de su hijo en la ficción, confirmando a los fans de teorías descabelladas, que Carl va a morir. Miradlo desde el lado bueno, como Lincoln. Él está agradecido por no tener que volver a decir “Caaaarl!” nunca más.

Foto cabecera | IMDB Gene Page/AMC

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