Existe un mundo ficticio bajo la superficie del océano en el que criaturas marinas parlantes dan lecciones vitales a los niños. Son los personajes de ‘Bob Esponja’, una de las series más longevas —y queridas— de Nickelodeon, y que puedes disfrutar en Orange TV.
Más de 20 años después de su estreno, todo el mundo —y no solo los niños— sabe ya “quién vive en la piña debajo del mar”. Porque ese universo submarino es más adulto de lo que cabría suponer en una serie de animación infantil.
A los más pequeños se les escapa lo que representan ‘Bob Esponja’ y sus personajes en el mundo real; arquetipos más comunes de lo que parece.
¿Quién no se ha cruzado nunca con un amargado como Calamardo? ¿Quién no tiene en su vida una némesis como Plankton?
Así nacieron los personajes de ‘Bob Esponja’
20 años antes de que la serie se hiciera realidad, aquellos personajes ya existían. Pero formaban parte de otro universo: el de un cómic, obra de Stephen Hillenburg (el padre creativo de Bob Esponja). Es en ‘The Interidial Zone’ donde Sponge Boy aparece por primera vez.
Hillenburg —biólogo marino— creó este cómic con intención didáctica, dirigido a los alumnos que cada año visitan el Ocean Institute (en el que él trabajaba) para participar en programas de estudio.
Paralelamente, desarrolló una carrera en el mundo de la animación (se formó en el Instituto de las Artes de California) que le fue abriendo las puertas hasta llegar a Nickelodeon.
En 1999 y con los contactos adecuados, Hillenburg pudo conseguir que sus personajes marinos pasaran de la superficie del papel al fondo del mar, en forma de serie (animada). Nacía ‘Bob Esponja’, a la que ha llevado como productor ejecutivo durante más de dos decenios.
Hasta el día en que, tristemente, nos dejó (en 2018) y ‘Bob Esponja’ quedó huérfano.
Personajes de ‘Bob Esponja’: quién es quién
La formación de Hillenburg como biólogo marino le permitió crear un mundo de fantasía con una gran dosis de rigor científico.
Partiendo de ese pacto de ficcionalidad que plantea la serie —que esas criaturas hablen, anden y lleven vidas mundanas de humano— su comportamiento tiene mucho que ver con su naturaleza.
Por eso Patricio, una estrella de mar, se pasa el día viendo la tele bajo su roca. O Calamardo, el calamar, expulsa tinta cuando se estresa; algo muy habitual en él.
Existe una teoría fandom muy extendida en la red que relaciona a siete de sus personajes principales con los siete pecados capitales.
Hillenburg nunca dijo nada al respecto. Pero, independientemente de que esta fuera o no su intención, la teoría encaja a la perfección, como vas a comprobar.
Bob Esponja, la lujuria
¿Qué puede ser mejor que servir sonrisas?
Este porífero de color amarillo y forma cuadrada (como los estropajos, que no son sino esponjas sintéticas) es, básicamente, un ser de luz. La ternura y la inocencia le definen. Pero también le convierten en el blanco de los abusones de la serie.
Se podría pensar que se cayó en una marmita de frases de Mr. Wonderful siendo aún un bebé esponja. Eso explicaría su nivel de entusiasmo, de lujuria por la vida. Haga lo que haga, Bob Esponja siempre (o casi siempre) es feliz.
Quizás porque necesita poco para serlo y es una esponja de placeres sencillos: hacer unas pompas, cazar medusas o pasar tiempo con su mejor amigo son sus pasatiempos favoritos.
Quizás porque es capaz de verle la parte divertida a todo. Incluso a su trabajo como cocinero en el Crustáceo Crujiente (el McDonalds de Fondo de Bikini). Será, tal vez, por esa imaginación desbordante que le permite huir de la realidad, siempre que quiera. Parafraseando al capital, “el mejor amigo que puedes tener”.
Patricio Estrella, la pereza
Los pensamientos de mi mente son un enigma
Patricio es un personaje que juega al despiste con los espectadores. Se presenta como una estrella de mar bobalicona y sin ambiciones. Básicamente, es un vago.
No se le conoce trabajo ni más afición que pasar el día bajo su roca, viendo su televisión de arena, esperando a que Bob Esponja salga de trabajar para ‘hacer el tonto’ juntos. Y es tan estúpido que ni siquiera sabe cómo llevar una gorra.
Pero más de una vez ha sorprendido con grandes pensamientos y frases inteligentes. Como él mismo confiesa, y muy a pesar de su papel de tonto del pueblo, es un personaje mucho más complejo de lo que parece.
Tal vez ‘The Patrick Star Show’, el spin-off que ya preparan en Nickelodeon, una serie animada que toma el formato de los famosos talk-shows americanos, ayude a resolver el enigma: ¿es Patricio tan simple como se muestra?
Calamardo Tentáculos, la ira
Lástima que Bob Esponja no esté aquí para disfrutar de que Bob Esponja no esté aquí.
El colmo de un amargado es tener como vecino a Bob Esponja. Eso que lo convierte en un ser tan adorable —su risa contagiosa, sus pasitos chirriantes, su actitud de gratitud— es precisamente lo que más irrita a Calamardo.
De hecho, solo le vemos sonreír en soledad. Disfrutando de su arte (pinta, baila, esculpe, toca el clarinete, aunque mal) y de esa sofisticada vida que solo puede tener entre las cuatro paredes de su casa. Fuera, solo es el cajero del Crustáceo Crujiente.
Eso explica no solo que sea un ser antisocial. También su comprensible frustración en la vida. Él estaba llamado a ser un artista. Solo que su sensación de fracaso, en algún momento, se transformó en ira.
Bob Esponja se esfuerza en arrastrarlo al lado luminoso de la fuerza. Y pese a todas las lecciones que le da, Calamardo prefiere seguir atrapado en su miseria. Su única felicidad consiste en intentar acabar con la de Bob Esponja. Lo que viene siendo un personaje tóxico que se alimenta de la bondad de otros.
Arenita Mejillas, la vanidad
¡No te atrevas a tomar el nombre de Texas en vano!
¿Qué hace una ardilla en el fondo del mar? Todo tiene una explicación. Es científica y ha montado su laboratorio en Fondo de Bikini, en un árbol, bajo una cúpula despresurizada, y lleva traje de astronauta para poder vivir fuera de su hábitat como mamífero. Todo correcto.
Viene de Texas, es experta en kárate y una estrella del rodeo. No hay nadie más duro que Arenita.
De hecho, su personaje es el de una mujer empoderada: inteligente, fuerte e independiente. Autosuficiente.
Quizás la serie no estuviera preparada para esta dosis de feminismo, y por eso su personaje se ve empañado por ese orgullo excesivo. Y es que para Arenita, lo suyo siempre es mejor.
El Señor Cangrejo, la avaricia
¡Adoro el dinero!
Aún no se entiende cómo Bob Esponja puede pagar los gastos de su piña con un jefe como el Sr. Cangrejo. Pero sí se comprende que, dada su inocencia, acabe en las garras de un empresario sin piedad.
Alguien capaz de cambiarle su sueldo por unas botas de pescador. Que tiene que buscar en el diccionario el término “horas extra”. Que es capaz de montar un cine con sesiones a un céntimo para conseguir que Bob Esponja le dé el céntimo que se encontró en el suelo. Y que llama “beneficios” a sus clientes.
Tiene el monopolio de la comida rápida en Fondo de Bikini y el dinero es su mayor obsesión. Por eso su mayor enemigo, el dueño de El Cubo de Cebo, se pasará la vida (la serie) intentando robarle la fórmula secreta de las Cangreburgers. ¿Se sabrá algún día cuál es ese ingrediente tan secreto?
Plankton, la envidia
Nunca conseguirás lo que quieres si permites que la gente te pisotee.
Hubo un tiempo en el que Sheldon Plankton y Eugene Cangrejo eran amigos. Pero la ambición les separó. Cangrejo se llevó todo lo bueno: la fama y el éxito.
A Plankton solo le queda seguir urdiendo planes malvados para robar la fórmula secreta y arrebatar todas esas cosas que envidia de su examigo.
No deja de ser chocante que el organismo más diminuto de este pequeño microcosmos submarino encarne el papel de villano. Quizás sea una lección más de Hillenburg: nada te impide soñar a lo grande. Hasta el más pequeño de los seres puede ostentar un gran poder.
Que sus planes nunca salgan bien es la lección más obvia.
Gary, la gula
¡Miau!
En cierta ocasión, Bob Esponja decide marcharse de Fondo de Bikini porque todos le llaman idiota. Pero no sin antes dejarle comida a su caracol-gato Gary para todo un año. Comida que este devora en apenas unos segundos.
Comparte idiosincrasia con los caracoles marinos —su especialidad es limpiar el fondo— pero también con los gatos: maúlla y ronronea, como cualquier minino.
Para ser una mascota, sorprende su inteligencia. Salva a Bob Esponja de múltiples peligros y siempre está ahí para ayudarle. Con permiso de Patricio, sin duda es el mejor amigo que Bob podría tener. Su odio hacia Calamardo es una buena prueba de ello.
Imágenes | Nickelodeon