Con el estreno de una segunda temporada a la vuelta de la esquina, es innegable que ‘Los Bridgerton’ se ha convertido en uno de los productos imprescindibles de Netflix, disponible a través de Orange TV. Amantes de la moda, los dramas de época, las historias donde el amor todo lo puede y, por supuesto, de Shonda Rhimes, se han puesto de acuerdo para venerar este original universo ambientado en el siglo XIX.
De hecho, ese juego entre fantasía inventada y romance de época es lo que más ha sabido conquistar a los espectadores de la serie. Porque esto no es un drama al estilo de ‘Downton Abbey’, donde un simple roce de manos entre protagonistas resulta escandaloso. ‘Los Bridgerton’ es una producción romántica con tintes muy actuales, en la que esquivar una mirada en una reunión social es equiparable a sufrir por ese crush que te deja en visto.
Toda una nueva forma de entender la habitual serie de época, que se extiende también hasta sus estilismos. Y es que tomarse la libertad de reinterpretar el vestuario de un momento como la Regencia tiene sus riesgos, sobre todo cuando hay multitud de historiadores de la moda acechando en las redes sociales. ¿Acaso ‘Los Bridgerton’ sería lo que es hoy sin esas licencias creativas? Los seguidores de tendencias indican que no.
‘Los Bridgerton’, una reinterpretación necesaria para crear tendencias
El uso de la moda no es un mero componente en ‘Los Bridgerton’, sino que es todo un aliado para construir cierta narrativa. Un factor que tiene su origen en la saga de libros de Julia Quinn, que ya de por sí propone una visión mucho más abierta sobre la alta sociedad londinense de principios del siglo XIX.
De hecho, si los estilismos de ‘Los Bridgerton’ se ciñeran a la realidad, el Duque no llevaría tantos estampados en su ropa, los colores de las vestimentas serían mucho menos estridentes y no habría ni un personaje femenino en la serie saliendo a la calle con la cabeza al descubierto.
Tampoco se mostrarían brazos y escotes como los que aparecen en casi todos los episodios de la serie. Y, por supuesto, se obviarían las escenas en las que Daphne sufre colocándose un apretadísimo corsé porque, de hecho, esta prenda no estaba tan desarrollada como tal. Sí que existía una forma rudimentaria de ropa interior, pero el corte de la época (de tipo imperio, con la falda marcada bajo el pecho) hacía que definir la cintura fuese innecesario.
El ‘regencycore’: vuelven los corsés
Esto no ha impedido que ‘Los Bridgerton’ establecieran muchas de las tendencias más ‘fashionistas’ en los últimos tiempos. Sus responsables de vestuario, peluquería y maquillaje han sido los culpables de una moda conocida como regencycore, que ha sabido integrarse tanto en pasarelas como en alfombras rojas y street style.
A pesar de la inexactitud histórica, los corsés inspirados en la época han sido uno de los objetos más codiciados por los más aficionados a la moda durante el último año. También han vuelto los colores pastel a las tiendas de ropa, como el azul, que en la serie y en la realidad estaba considerado como un símbolo de estatus.
Por otro lado, es muy probable que ‘Los Bridgerton’ hayan vuelto a poner de moda los guantes largos, que han estado muy presentes en las alfombras rojas de la temporada, en galas de premios como los Goya y los BAFTA. Ocurre lo mismo con los peinados y la piel fresca que sigue los estándares de la Grecia Clásica, toda una referencia durante la Regencia que ha entrado de lleno en las revistas de moda gracias a Daphne y al resto de protagonistas de la serie.
Nuevo libro, nueva trama amorosa
Lo que sí está claro es que con ‘Los Bridgerton’ Rhimes ha vuelto a hacer eso que se le da tan bien: convertir en oro todo lo que toca. Esta vez, con un fenómeno que ha sabido traspasar la barrera de la novela de época para adentrarse en las pasarelas. Y también con una segunda temporada que llegará a Netflix el próximo 25 de marzo y que promete arrasar de nuevo con sus datos de audiencia.
Uno de los aspectos más interesantes de ‘Los Bridgerton’, además de sus estilismos, es que cada temporada es como una mini serie. La culpable es la saga de libros en la que se basa, que permite a los espectadores seguir una trama diferente a la de Daphne y el Duque de la primera temporada, aunque sin dejar de lado todo lo que ocurre en este universo de la alta sociedad.
En la segunda entrega de la serie, el protagonista es otro de los hermanos Bridgerton, Anthony. Y es que, tras un desengaño, el mayor de la familia decide que es el momento de buscar el amor y casarse. No tardará en aparecer un nuevo interés, Kate Sharma, que no le pondrá las cosas fáciles al soltero más codiciado del momento.
En cualquier caso, los episodios de la nueva temporada también seguirán revelando pistas sobre el día a día del resto de hermanos Bridgerton. La mejor forma de hacer partícipe a la audiencia en el desarrollo de este microcosmos victoriano y dejar la puerta abierta a las nuevas temporadas que están por venir.
Imágenes | Netflix