No hay demasiadas ficciones que se centren en una aventura amorosa. Sí, muchas de las mejores series de los últimos años han incluido algún tipo de flirteo o engaño extramatrimonial, pero pocas han desarrollado en profundidad los sentimientos y situaciones que se producen cuando dos personas casadas deciden engañar a sus parejas. Eso es lo que hace ‘The Affair’, la aclamada ganadora de tres Globos de Oro que estrena en Orange TV cuarta temporada. Y si todavía no la conoces, el verano es el momento perfecto para engancharte a una serie muy original en el plano narrativo y completamente intrigante en lo argumental.
En una aventura… ¿Quién tiene la culpa?
‘The Affair’ es, ante todo, una serie ambiciosa en su planteamiento. Ante un tema que se presta a simplificar a los personajes en buenos y malos, en los que engañan y los que son engañados, esta producción de Showtime no se conforma con los estereotipos y se esfuerza por presentarnos todas las perspectivas de una aventura extramatrimonial.
Una aventura, dicho sea de paso, cuyos protagonistas no son excepcionales en ningún aspecto. Y eso es bueno. Nos encontramos ante personas con las que nos podemos identificar muy fácilmente: Noah Solloway (Dominic West), un padre de familia que, en sus propias palabras, se siente “genial” y su vida es “prácticamente perfecta”; y Alison Lockharty (Ruth Wilson), una camarera que pasa por un drama familiar que ha puesto su vida del revés.
Como vemos, dos puntos de partida muy diferentes que terminan en un mismo sitio: una relación sexual extramatrimonial que se terminará por complicar. Mucho.
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Pero antes de que lleguemos a ese punto vamos a disfrutar de una interesantísima fórmula narrativa en la que cada uno de los implicados en esta aventura relata, en una declaración policial de la que no tenemos más datos, cómo empezó y se desarrolló esa relación ‘prohibida’. Es decir, no vamos de la mano del clásico narrador omnisciente que nos presenta los hechos tal y como ocurrieron, sino que seguimos la trama a través de los recuerdos de sus protagonistas.
Esto propicia que vivamos dos veces los mismos acontecimientos, que cambian de manera sustancial en función de quién los cuente. Y eso es lo verdaderamente atractivo de ‘The Affair’: en la mayoría de ocasiones lo que ella recuerda y narra no coincide con lo que él recuerda y narra. ¿Quién miró a quién? ¿Quién tocó a quién? ¿Quién invitó a pasear a quién? Ese es el juego que nos propone ‘The Affair’, intentar descubrir quién exagera o miente. Sin embargo, como iremos descubriendo con el paso de los capítulos y temporadas, la verdad suele estar a medio camino de ambas versiones.
Es una de las conclusiones a las que iremos llegando junto con el detective que trata de desentrañar todo lo que ha ocurrido desde que Noah y Alison se conocieron hasta el presente, un tiempo indeterminado para nosotros que, como espectadores, nos devanaremos la cabeza en intentar descubrir qué ha podido ocurrir para que estos dos personajes hayan terminado declarando ante la policía.
Una producción que se toma muy en serio el engaño
‘The Affair’ cuenta con un reparto de lujo para abordar un tema que, cuanto menos, es polémico. Ahí tenemos al genial Dominic West, un actor ya inmortal por su participación en la legendaria ‘The Wire’. Pero tampoco se queda atrás Ruth Wilson, que se hizo con un Globo de Oro, precisamente, por su estupenda interpretación en esta ficción.
Ambos actores consiguen que salten chispas en la pantalla, transmitiendo una química sensacional que, ya te lo adelantamos, va a provocarte sensaciones encontradas: sentirte mal por las parejas engañadas, empatizar en ciertas ocasiones con los protagonistas principales, pasar miedo por si son pillados y desear al mismo tiempo que les cojan ‘con las manos en la masa’… el abanico de emociones que te va a provocar ‘The Affair’ es muy amplio.
La gran noticia es que tienes todas las series completas a través de Orange TV así que, desde ya, te proponemos que te reserves algunas de las noches de verano para sumergirte en una serie que no te va a dejar indiferente porque la verdad… la verdad es cuestionable.
