Michael Douglas o el perfecto anti-héroe

/ 5 julio, 2018

Una sonrisa fría como el acero, una mirada que te clava las pupilas y hace que te sientas completamente indefenso, una energía arrolladora que invade la pantalla… el actor estadounidense Michael Douglas es todo esto y mucho más, porque tras más de cuarenta años en la industria del cine y la televisión, el que otrora fuera conocido sólo por ser hijo de Kirk Douglas, es hoy una de las estrellas más respetadas y queridas de Hollywood.  El camino ha sido largo y ha quedado trufado de películas icónicas, todas ellas disponibles en el videoclub de Orange TV.  

Michael Douglas o el perfecto anti-héroe

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Michael Douglas es conocido por interpretar a personajes que tienen un serio problema de empatía, tipos relativamente normales que un día pierden el rumbo y terminan convertidos en maridos infieles, un desempleado que ha llegado a su límite o, directamente, en sociópatas.  

El primer caso lo encontramos en ‘Atracción fatal’ (1987), una cinta que Douglas coprotagoniza con Gleen Close y que nos muestra cómo una aventura amorosa puede derivar en algo verdaderamente peligroso. Esta cinta, dirigida por Adrian Lyne, supuso el definitivo salto a la fama de Michael Douglas.

Curiosamente, en ‘Atracción fatal’ el personaje de Douglas es la ‘víctima’, un rol que en futuras películas cambiará completamente. Y no haría falta esperar mucho para ello.

En ‘Instinto básico’ (1992) ya vemos un papel más cercano al Douglas que hoy conocemos, el de un policía que, tras recuperarse de su adicción a las drogas y el alcohol, se encuentra con un complejo caso de asesinato que involucrará a una atractiva escritora, interpretada por Sharon Stone.

‘Instinto básico’ nos dejó algunos de los momentos más polémicos y subidos de tono de la época, pero también la consagración de Douglas como un actor de primera capaz de recrear personajes que han hecho el descenso a sus propios infiernos personales y vuelven para contarlo.

Eso es, exactamente lo que le ocurre a Bill Foster, el protagonista de ‘Un día de furia’ (1993). ¿Has tenido alguna vez uno de esos días en los que dejarías el trabajo y pondrías en pausa toda tu vida? Pues el señor Foster, interpretado por un Douglas Caracterizado como el clásico oficinista quemado, está ‘disfrutando’ de ese día; lo que a nosotros solo se nos pasa por la cabeza pero jamás soñaríamos con llegar a hacer, el bueno de Foster lo convierte en realidad en una película que representa muy bien el estrés al que nos somete la sociedad moderna.

Ahí es cuando asistimos al nacimiento de una clase de personaje que no puede sentir empatía alguna por el sufrimiento ajeno, un tipo de impecables modales que poco a poco destruye todo lo que le rodea. La máxima encarnación de este arquetipo lo tenemos en Gordon Gekko, el perfecto tiburón de los negocios que conocimos en ‘Wall Street’ (1987) al que interpreta Douglas.

Pocos personajes más odiosos han existido en la historia del cine y, precisamente por eso, el director Oliver Stone, responsable de la primera cinta, estrenó en 2010 la continuación ‘Wall Street: el dinero nunca duerme’ (2010). El papel de ‘maniaco’ de los negocios le sienta como un guante a Douglas, es cierto, pero sin su talento como actor y la dimensión que sabe darle a sus personajes, no habría conseguido el Oscar a mejor actor por un papel ya legendario.

El perfecto anti-heroe

Micahel Douglas tiene la particularidad de que incluso cuando actúa como el héroe de la peli, como en ‘Black Rain’ (1989), terminamos viendo su lado más salvaje y oscuro. En esta película de acción, el personaje de Douglas se pierde en el Japón más sórdido en busca de un jefe Yakuza.

Más allá del genial papel del actor norteamericano, de ‘Black Rain’ nos quedamos con ese ambiente decadente y semi futurista del Japón de los 90 que tan bien dibujó el director Ridley Scoot. Un contexto que encaja perfectamente con los papeles de Michael Douglas, al que queremos seguir viendo durante los próximos años haciendo de anti-héroe.

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