La moda es cíclica. Por eso ahora se llevan entre los millennials las chaquetas deportivas de tactel anchas y las gorras para ellos y los pantalones de talle alto y las camisetas oversized metidas por dentro, para ellas. Los mismos outfits de los años 90 que se llevaban entre los alumnos del Beverly Oeste y que conocimos gracias a ‘90210 Beverly Hills: Sensación de vivir’.
Esa, la serie que guió la adolescencia televisiva (incluso la forma de vestirse y peinarse) de toda una generación, desde 1990 hasta el 2000.
Quizás el regreso de la auténtica ‘Beverly Hills 90210’ sea también producto de ese amor por todo lo noventero. Quizás las series también sean cíclicas.
Porque no se trata de otra nueva generación. Los que vuelven son los actores originales. Y esto, sin duda, genera una gran sensación… de incertidumbre.
Han pasado casi 30 años desde su estreno. Y no es que entonces fueran, precisamente, los adolescentes que fingían ser. Brandon tenía 21 años cuando iba a su segundo año de instituto y con Andrea se inventó lo de “los 30 son los nuevos 20”. Gabriella Carteris tenía entonces 29 años y su personaje, 16.
Por eso, nos ponemos en la piel de esos espectadores originales, el público objetivo de este reboot en forma de capítulo especial y nos preguntamos: ¿será un nostálgico flashback a tu época de adolescente? ¿O el hecho de que algunos tengan casi 60 años te hará sentirte terriblemente mayor? ¿Qué sensación prevalecerá después de este episodio especial?
Nosotros también queremos regresar a Beverly Hills 90210. Lo hacemos recordando qué supuso el estreno de esta serie en España.
‘Sensación de Vivir’, el hito
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Lo aceptamos. Acostumbrados como estamos al nivel de la ficción actual, sus diálogos, muchas de sus tramas y su ejecución —vistos hoy— resultan casi ridículos. Increíblemente forzados. Por eso no será difícil darle una manita de modernidad y pulir estos errores.
Pero hay que aclarar que, pese a todos esos fallos, su éxito fue fulgurante. Ocupó innumerables portadas de la revista ‘Superpop’. Fue absolutamente viral. Quizás porque no había referentes significativos para sus espectadores. Nada con lo que comparar. Aquella generación era casi virgen en lo que se refiere a series; más ante una así, con todos todos los ingredientes para convertirse en hito.
Está claro que el contexto en el que se estrenó explica su legión de seguidores, entre ellos algunos que ahora son seriadictos con gustos exquisitos. Aunque parezca increíble, muchos de los que ahora se consideran expertos en series, que solo ven ‘obras maestras’, se tragaron en su momento este folletín, en plena preadolescencia.
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Y es que la serie tenía sus recursos para generar pasiones. Era el adalid de lo que se suponía moderno, tanto en ropa como en música. Sus protagonistas eran guapos. Abría la puerta a un mundo —Beverly Hills— completamente marciano (y fascinante) para un crío español, de rinoplastias y Corvettes a los 16, de fiestas con aparcacoches, de sushi para almorzar y de facturas de peluquería de 300 dólares.
Tenía la cantidad adecuada de melodrama para engancharse a ella. Y eso que para seguirla había que conformarse con el ritmo que marcaba Telecinco, curiosamente, dos capítulos semanales, en viernes y domingo.
Porque —aunque siempre desde esa inocencia que destilaba la serie— se trataron temas serios, como el sida, el cáncer, las drogas, el alcoholismo, la explotación laboral, el clasismo, el bullying y los malos tratos. Temas cuya importancia quizás quedaba diluida entre frases como “Hablemos de cosas importantes: ¿qué nos pondremos esta noche para la fiesta?”.
Pero sobre todo (aunque esto era lo más difícil de ver como adolescente), mostraba el retrato de una generación corrompida, rota. Esos chavales pijos ocultaban traumas infantiles bajo su máscara de superficialidad. Eran ricos, pero a muchos les faltaba lo más esencial: unos padres normales que los quisieran.
10 años dieron para mucho. Sus protagonistas maduraron, llegaron a la universidad y se independizaron. Como su público, se convirtieron en adultos con problemas de adultos. Las tramas se hicieron más complejas y los personajes, menos planos.
Porque el elenco se fue renovando hasta que solo quedaron cuatro personajes regulares de los que comenzaron la serie. Para postre, tuvo su clásico final de cuento de hadas: la boda de Donna y David y Kelly y Dylan terminando juntos, para regodeo de los fans.
Pero ¿qué pasó después con ellos? ¿Seguirán siendo felices y comiendo perdices? ¿Qué será de los demás? La curiosidad por descubrir todos estos misterios es lo que alimenta este nuevo remake. En lo que confían sus creadores para conseguir conquistar a sus fans.
‘Sensación de Vivir’, el regreso
Que nadie se entusiasme. No será una serie, solo un ejercicio de nostalgia, ya que no habrá más que un capítulo especial. Lo que hace suponer que su única finalidad es responder a esa pregunta que nos hacíamos hace un momento. Es la que siempre deja en el aire una serie al terminar: ¿qué pasó después del “felices para siempre”?
El proyecto está ahora en fase de producción en los estudios de CBS TV y escuchando las ofertas de los canales interesados en él, según informa ‘Deadline’. La noticia ha causado un gran revuelo después de que gran parte del elenco original haya confirmado su presencia en este evento remember: Jennie Garth (Kelly), Tori Spelling (Donna), Jason Priestley (Brandon), Ian Ziering (Steve, también famoso más recientemente por ‘Sharknado’), Brian Austin Green (David) y Gabrielle Carteris (Andrea).
A algunos los volvimos a ver, aunque fuera en algún telefilme. De otros no se ha vuelto a saber nada y será una auténtica sorpresa ver cómo han madurado. Pese a las grandes ausencias (de momento) de Luke Perry y Shannen Doherty (Dylan y Brenda), está claro que los creadores confían en recuperar al público que no consiguieron conquistar con aquel remake llamado ‘Sensación de Vivir: la nueva generación’.
Entonces, de la original solo quedaba la premisa inicial —unos recién llegados a Los Ángeles tratando de hacerse un hueco en ese mundo y adaptarse a él— y tres personajes del reparto original (Brenda, Kelly y Donna), con una participación más bien fugaz.
Pero en el contexto en el que se estrenó —2008, en Fox España—, para el público joven solo era otra ‘OC’. Y los fans de la primera generación ya estaban creciditos para interesarse por dramas adolescentes. Seguramente estarían ocupados viendo ‘Breaking Bad’.
Lo de este revival no tiene nada de drama adolescente. Es un reencuentro en la madurez, de sus personajes y de su público. Que vuelva a haber esa chispa entre ambos depende de cómo ejecuten esta idea. Y de cómo estén los fans de preparados para asumir que esos adolescentes rozan ahora la edad de jubilación.
Hay quien prefiere quedarse con el recuerdo y quien está preparado para enfrentarse a cómo el tiempo ha hecho mella en él. Es como volver a tu colegio, 25 años después: de repente, todo es más pequeño. La imagen mental que conservabas todos estos años que tenías se esfuma y la magia del hechizo que te hacía verlo todo enorme, desaparece. Y no es que no fuera así. Simplemente, tú ya no eres el mismo.
Fotos | IMDb/Sensación de Vivir, IMDb/Sensación de Vivir, IMDB/Sensación de vivir: La nueva generación Photo by Scott Alan Humbert – © 2012 The CW Network. All Rights Reserved.
