Solo hay que echar un vistazo a la programación para darse cuenta de que los talent shows se han convertido en el formato de moda. Cantantes, bailarines, imitadores, cocineros, diseñadores… Todos tienen su hueco.
Cualquiera que tenga un poco de arte puede encontrar en la tele una plataforma en la que demostrar su valía y dar el salto al estrellato. Eso sí, antes tiene que enfrentarse al jurado del programa. Es un elemento imprescindible en todo talent show, los responsables de encender esa mecha que mantiene al espectador pegado a la pantalla.
Las valoraciones del jurado son el factor que mejor complementa al talento de los concursantes para ofrecer un auténtico show televisivo. Además de crear tensión, los jueces hacen que el espectador se implique emocionalmente con lo que está viendo y escuchando: que se enfade o se alegre, que empatice con lo que está opinando el juez catódico o rechace su argumento pegando un salto brusco del sofá.
Pero del mismo modo que cada programa es diferente, también lo es el grupo encargado de valorar la labor de los participantes. Repasamos los tipos de jurado de los talent shows porque, aunque no lo creas, su misión televisiva no es fácil y también requiere mucho talento. ¿Cuál es tu favorito?
‘Tu cara me suena’: el que da espectáculo
Que si uno tiene que levantarse de su silla, subirse a la mesa, tirarse al suelo, hacer la croqueta y correr entre el público para dinamizar el programa, pues va y lo hace. Si no, que se lo pregunten a Àngel Llàcer. Él es el máximo exponente del jurado-espectáculo de la televisión española actual, ese que, además de valorar las actuaciones, tiene como objetivo entretener al público y ofrecer un show paralelo que engrandece al formato.
Parte del espectáculo de ‘Tu cara me suena’ se desarrolla en la mesa de valoraciones. El programa de Gestmusic cuenta con el histrionismo de Llàcer, las divertidas anécdotas de Lolita, las desternillantes imitaciones de Carlos Latre y el punto de cordura de Chenoa. Todos estos elementos dan forma a un jurado que divierte al espectador tanto o más que las imitaciones musicales de los famosos que pasan por el escenario. Los cómicos rifirrafes entre los diferentes miembros, tan diferentes entre sí, forman una trama paralela que complementa las actuaciones de los concursantes.
‘Masterchef’: el de expertos que imponen
A cualquiera se le cortaría la mayonesa si le observaran atentamente seis ojos, los del jurado de ‘Masterchef’: Pepe Rodriguez, que tiene una estrella Michelín, Jordi Cruz, que cuenta con tres, y Samantha Vallejo-Nágera, exitosa empresaria de hostelería. El del talent show culinario es un jurado de expertos que imponen. Los jueces de ‘Masterchef’ hablan poco, pero observan mucho. Y lo hacen con un rictus serio, para agregar tensión. Se pasean entre las cocinas, juegan con las miradas y solo abren la boca para añadir algún comentario desconcertante que hace que el concursante dude.
La música trepidante y la edición casi cinematrográfica del programa cuenta con ese ingrediente extra que aportan los paseíllos de los reyes de la cocina. Juegan a ser leones entre cacerolas, pero ni Pepe, ni Samantha ni Jordi muerden. Saben cómo agregar tensión a la destreza de los concursantes entre los fogones. Y, por otro lado, acaban resultando entrañables cuando bromean entre ellos o interactúan con los aspirantes. Al final, nos entran ganas de dar un abrazo a Pepe, irnos de compras con Samantha o tener una cita con Jordi.
‘Got Talent’: el que crea tensión y genera polémica
Una humorista, una cantante, un presentador estrella y un polémico comunicador. No hay nada mejor que un jurado formado por un mezcla así de heterogénea para dar vidilla a un programa de variedades. Eso es Got Talent, un programa lleno de momentazos. Lo mismo aparece un trapecista, que un mago te deja con la boca abierta o un cantante te pone los pelos de punta.
Las personalidades tan marcadas y diferentes de los miembros del jurado junto con el hecho de que se tengan que poner de acuerdo para que un concursante pase a las semifinales, o directamente a la final, son un cebo constante. El espectador no se mueve del sofá durante la publicidad, no quiere perderse el desenlace. La figura del villano no falta en el plantel de jueces y es ya todo un clásico de los talent shows. Es ese miembro que se muestra tajante en sus valoraciones y que suele ir a contracorriente.
‘La Voz’: el de estrellas con miles de fans
No hay nada mejor para el share de un talent show que el tener un jurado con una legión de fans tras cada uno de sus miembros. Es el caso de ‘La Voz’ de Telecinco. Si hay un formato en el que los jueces tienen más protagonismo que los propios concursantes, es este. Aquí se llaman coaches y su labor es elegir a sus favoritos del casting y formar sus propios equipos.
Los primeros planos de sus caras mientras escuchan de espaldas cantar a los candidatos acaparan toda la atención durante las audiciones. ¿Se girarán o no?, se pregunta el espectador, incapaz de quitar los ojos de la pantalla intrigado por ver quién pulsa el botón. David Bisbal, Laura Pausini, Malú, Manuel Carrasco, Juanes, Alejandro Sanz o Rosario son algunos de los grandes nombres relacionados con ‘La Voz’.
La conexión emocional que el espectador tiene con sus ídolos es una de las claves del éxito del programa, en detrimento de la que establece con los concursantes, cuyos perfiles quedan desdibujados y acaban pasando desapercibidos ante la millonaria audiencia.
‘Operación Triunfo’: el que no acapara demasiado protagonismo
Eran muchos los que echaban de menos el talent show musical por excelencia. Por eso, Operación Triunfo regresó en 2017 haciendo honor a su nombre y convirtiéndose en todo un éxito. En esta ocasión, como ocurrió en sus orígenes, el programa contó con un jurado que no acaparó demasiado protagonismo. Esto es fundamental para no eclipsar a los nuevos concursantes y dejar que estos brillen con su talento. Profesionales muy conocedores de la industria discográfica formaron el jurado del nuevo ‘OT’.
Mónica Naranjo fue la que más llamó la atención con sus intervenciones. Manuel Martos resultó más discreto y diplomático mientras que, por su parte, Joe Pérez-Orive puso un punto de acidez muy light que no llegó a generar polémicas ni irritó demasiado a los fans de los concursantes. Una cuarta silla en el jurado por la que cada semana pasó un miembro sorpresa le dio un plus de emoción a la mesa de valoraciones.
