The Leftovers, retrospectiva de una serie tan extraña como imprescindible

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/ 7 agosto, 2017

De cuando en cuando aparecen series de televisión que, sin generar demasiado revuelo a su alrededor, se van ganando la estima de un sector muy concreto del público: aquellos a los que les gusta lo raro. Lo raro en mayúsculas. Y si de alguna manera tenemos que definir a ‘The Leftovers’ es, precisamente, como una de las series más maravillosamente extrañas que hemos podido disfrutar en los últimos años. Recién acabada su tercera y última temporada – que puedes ver en Orange TV-, llega el momento de tomar aire, dejar de frotarnos los ojos de incredulidad y repasar – sin ningún tipo de spoiler- porqué se seguirá hablando de esta obra durante los próximos años.

En el principio fue la duda

‘The Leftovers’ arranca con una premisa de corte fantástico, cuando alrededor de 140 millones de personas de todo el mundo desaparecen de manera instantánea. ¡Puf! En un abrir y cerrar de ojos el 2% de la humanidad ha dejado de existir y su hueco pasan a llenarlo decenas de preguntas. ¿Siguen vivos? ¿Dónde están? ¿Es un acto de Dios? ¿Por qué ellos? ¿Volverán?

La ‘Ascensión’, como es conocida esta desaparición masiva, es el punto de partida de un argumento existencialista que nos lleva a conocer, de primera mano, las miserias de quienes han perdido a sus seres queridos. Porque una muerte es algo desgarrador por necesidad, pero una desaparición tan mágica como inexplicable… ¿Cómo se afronta algo así? La búsqueda de una respuesta adecuada es la que dará sentido a cada episodio de ‘The Leftovers’.

Así, nos encontraremos con personajes como Nora Durst – interpretada por una soberbia Carrie Coon – una madre que pierde a su marido y dos hijos el día de la ‘Ascensión’. Compartiendo protagonismo veremos a Kevin Garvey – a quien da vida Justin Theroux-, un jefe de policía que asiste a la descomposición de su familia, no porque alguno de ellos haya desaparecido, sino porque el mundo que ha quedado tras ese evento puede llevar al límite psicológico a cualquier persona con un mínimo de empatía. Por eso, precisamente, su mujer Laurie se une a la secta de los ‘Culpables Remanentes’. Lo religioso, como no podía ser de otra manera tras un evento de esta naturaleza, recubre buena parte del hilo argumental. También las situaciones esperpénticas.

Todo en ‘The Leftovers’ tiene un toque de misterio dramático. Cada capítulo es una cucharada de dudas con sabor agridulce que impelen al espectador a ver “sólo uno más”. Es la marca de la casa que tan bien sabe desarrollar Damon Lindelof, uno de los padres de la serie de culto ‘Lost’. Pero ‘The Leftovers’ no es una serie para todos. Es una producción dura, dramática, oscura – como su maravillosa banda sonora, dicho sea de paso; que plantea más dudas de las que resuelve. En esta serie lo importante no son las preguntas, sino quiénes las formulan.

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