Por qué los personajes de Ice Age nos siguen haciendo reír

/ 10 mayo, 2018

¿Recuerdas la historia de Scrat, aquella ardilla con ojos de psicópata que protegía su bellota con su vida? ¿Y qué me dices de Diego, ese dientes de sable que no tiene tanto de tipo duro como hace creer? Si no te acuerdas de ellos, tal vez tus hijos puedan refrescarte la memoria. Estamos hablando de unos de los éxitos más fulgurantes en la animación: los personajes de Ice Age. En serio, 20th Century Fox apostó 59 millones de dólares y recaudó 383 millones. Nada mal, ¿verdad?

La de Ice Age es una historia de éxitos inesperados. Como algunas de las mejores ideas de la industria, el concepto germinal provino de Flora, la hija pequeña del guionista Michael J. Wilson. Pero una ardilla que persigue obsesivamente una bellota no iba a ser suficiente.

El equipo de desarrollo pensó en ideas para ambientar posibles animales en la Edad de Hielo. Para ello viajaron al Museo de Historia Natural y poco a poco fueron definiendo a unos personajes con aristas, con carácter propio y un espacio bien ancho para la chanza.

Ahora que en Orange TV contamos con toda la saga disponible, no encontramos mejor oportunidad para revisarla.

Scrat, la estrella de Ice Age

Toda franquicia comienza con un punto de partida sencillo e identificable. Ice Age nace bajo la sombra de una bellota que gana en maldad y supera a su dueña, una ardilla con menos luces.

¿Puede pensar una bellota? Tal vez no, pero no es fácil ser más listo que Scrat, una ardilla que sueña a lo grande. Un gag muy estirado que todavía funciona: su trama se ha mantenido independiente al guión original, con puntuales arcos de inflexión. Y así ha sido hasta hoy.

Manny, el mamut

Tal vez parezca un poco malhumorado, pero Manny tiene un corazón gigante. El clásico personaje duro que no puede sino hacer de pegamento con el resto del grupo. No en vano gracias a él vemos que el grupo vuelve a unirse una y otra vez.

Y si de su corazón hablamos, recordemos la segunda entrega y esa preciosa ‘reunión mamut’ donde Manny se “casa” formalmente con Elly, la mamut de sus sueños. Al final resulta que Manny no era tan duro y su coraza de piedra se convierte en escudo sobreprotector con su hijita.

Diego, el dientes de sable

Diego fue otro que perdió la coraza. Su sarcasmo indómito y sus ganas de sabotear a sus rivales al final desembocaron en una amistad para siempre. Esta es, de hecho, una de las virtudes del equipo de guionistas: dibujar arcos que no terminan con resoluciones vagas, sino que evolucionan a lo largo de las secuelas.

Su condición de macho alfa se vio cuestionada y pasó por una especie de depresión cuando sus facultades de depredador se vieron cuestionadas. Pero los amigos están para algo y Manny, Sid y compañía estarían ahí cuando más lo necesitara.

Sid, el perezoso

Sid es dos cosas: un perezoso y un charlatán. Bueno, en realidad es muchas más cosas: un tipo torpe, al que le deprime cualquier tontería pero que suele curarse a la misma velocidad. Nadie esperaría de uno de esos herbívoros calmados lo que puede ofrecer Sid. Todo el rato tiene algo que decir, no se calla ni debajo del agua. Y cuando no habla, canta. O peor, silba.

Su sentido del humor sirve de contrapunto cuando las cosas se ponen feas, aunque suele traer más problemas que soluciones. Así son a veces los más divertidos de las pandillas: tan caóticos como imprevisibles.

Buck, la comadreja

¿Una comadreja que conversa hasta con las piedras? A tope. Buck, con su parche de pirata y sus intenciones ladinas, parece un nuevo rival a batir, pero entrega tras entrega irá ganando protagonismo y demostrándose un actor clave en la supervivencia del grupo.

De hecho, en la quinta secuela (El Gran Cataclismo) será el verdadero héroe del equipo, al salvarlos frente a la auténtica extinción de los dinosaurios. Aunque Buck también tiene sus propias cuentas pendientes. Y piensa vengarse.

Ellie, la mamut (y Crash y Eddie, las zarigüeyas)

Ellie comienza siendo casi el personaje antagónico de su futura pareja, Manny. Ella lidia con la ansiedad por las bravas, pasando de todo, mientas que el mundo de Manny es todo responsabilidad y caos. Hasta que la maternidad pone a cada uno en su sitio.

Cuando el grupo la conoció, Ellie pensaba que era una zarigüeya. Daños colaterales de criarse con dos zarigüeyas que le enseñaron todas sus costumbres y manías de la especie.

Shira, la tigresa blanca

Y hablando de parejas interesantes, no podemos ignorar a Shira, la que se convertirá en protagonista durante Edad de Hielo 4.

Shira formó parte de una jauría de dientes de sable un poco cretinos, comandados por Gutt y su “barco” de supervivientes. Ella en cierta medida se siente en deuda con el jefe de la manada, pero en algún momento tendrá que plantar cara al tiránico líder y elegir con quién aliarse. Solo que no escogerá únicamente su bando. También entregará su corazón… y si quieres saber más tendrás que ver el desenlace por ti mism@.

Gavin (y sus hijos)

No todas las relaciones paternales terminan igual de bien. La de Gavin y sus dos vástagos, Roger y Gertie, es digna de estudio.

El padre es un irresponsable, maestro cuando se trata de robar huevos pero un desastre a la hora de vencer a sus rivales. Roger no tiene ni una pluma de tonto pero… su padre nunca valorará sus capacidades. Gertie es un pequeño desastre que intenta demostrar sus capacidades. Y tampoco parece muy capaz. Merece la pena verlos fracasar.

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