Más allá de Pandora en ‘Avatar’: 7 mundos legendarios del cine de ciencia ficción

/ 30 diciembre, 2022

Por Jaime Ramos

Krypton, Arrakis y, ahora, Pandora. ¿Qué tienen en común estos nombres? Son mundos legendarios de visita obligada para todo amante del séptimo arte.

Avatar: El sentido del agua’ ha vuelto a conquistar nuestras retinas y buena parte de culpa la tiene el corazón oceánico del mundo donde se desarrolla la acción. Esta luna, del también inventando planeta Polifemo, ya nos mostró la importancia de contar con un escenario con personalidad propia en la primera entrega de ‘Avatar’, que se puede disfrutar en Disney+ a través de Orange TV.

Una gran ciudad, un río, la selva, el desierto… No hay película mítica que se precie en la que la localización no aporte a la trama. La ciencia ficción no es ajena a esta dinámica, todo lo contrario. Sus revolucionarias premisas han de descansar sobre la base de mundos muy trabajados desde el guion.

Así, muchas películas del género han logrado sembrar en el imaginario colectivo multitud de mundos inventados, como si realmente estuvieran perdidos en algún lugar de nuestro universo, aguardando a ser descubiertos por el ser humano. En esta ocasión, vamos a repasar algunos de los más espaciales.

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Pandora, de ‘Avatar’

Pandora no es un planeta, sino un satélite que gira alrededor de un planeta bautizado como Polifemo. James Cameron no se fue muy lejos en la ambientación de ‘Avatar’, pues sitúo estos astros ficticios en Alfa Centauri, nuestra estrella más cercana.

El rol de Pandora en la película resulta trascendental. Varias de sus características se integraron en la trama, más allá de su estética exuberante. Por ejemplo, la excusa de la presencia humana allí es el valioso mineral llamado ‘unobtainium’. No fue el único; el director trabajó en otros detalles, como la fusión entre los fenómenos físicos y la población Na’vi autóctona.

Tatooine, de ‘Star Wars’

’Star Wars’ ha descargado sobre la ficción una ingente multitud de estrellas, lunas, planetas y asteroides, como pocas obras lo han hecho. Entre todos sus escenarios, hemos elegido el planeta natal de Anakin Skywalker y donde su hijo pasó su infancia y primera juventud.

Aparte de aparecer en innumerables obras del universo de Star Wars, Tatooine es una de las localizaciones más icónicas. Desértico, con poblaciones de locales salvajes, criaturas agresivas y atestado de contrabandistas, resultó un ‘homenaje’ directo de George Lucas a otro de los planetas de esta lista.

La puesta de los dos soles en Tatooine (aderezada por la batuta de John Williams) tiene un lugar muy importante en la historia del cine y en la llama que enciende el viaje del héroe. Dos curiosidades: el planeta se llamó así por la localización terrestre en la que se rodó, Tataouine, en Túnez. La segunda: en realidad existe un planeta real con este nombre, lo bautizó un astrónomo polaco Maciej Konacki en 2005.

Marte

Puede que no sea un mundo imaginado, pero el planeta rojo ha inspirado a innumerables creadores. El cine de ciencia ficción lo ha enseñado en la gran pantalla de muchas maneras: de forma extremadamente realista, como la adaptación de la novela ‘El Marciano’ por Ridley Scott (para disfrutar en Disney+ a través de Orange TV), y bajo el aura de la colonización futurística elucubrada por Philip K. Dick y llevada al cine por Paul Verhoeven en ‘Desafío Total’.

Planeta P, de ‘Starship Troopers’

A propósito de Verhoeven, en la filmografía del veterano director holandés encontramos otro mundo increíble, el Planeta P. Sede del clímax de ‘Starship Troopers’, sirvió de hogar a los insectos y fue un escenario único de esta epopeya tan genial como ambigua en su mensaje. 

Krypton, de ‘Superman’

La creación de Krypton se la debemos al cómic y data de 1939. Ahora bien, entre sus apariciones en la gran pantalla, la de 1978 inscribió el aspecto del planeta en los anales de la historia del cine, junto a la monumental presencia de Marlon Brando.

Eso sí, los amantes del cómic no recibieron tan bien la imagen gélida del Krypton cinematográfico. Y es que en los tebeos el planeta estaba más vivo y lleno de luz.

Arrakis, de ‘Dune’

Arrakis, también conocido como Dune, fue descubierto como destino de ficción en todo el mundo tras el estreno de la película de Denis Villeneuve. Fue la confirmación definitiva después del éxito de las novelas y los no tan alabados intentos de llevarlo al audiovisual.

Sea como sea, hay algo de muy ‘nuclear’ en Dune. Su aporte al género ha sido mayúsculo y ha inspirado la creación de muchos otros mundos, más allá del mencionado Tatooine. El Arrakis original recordó a los cineastas, por ejemplo, que en los planetas desconocidos (el LV-426 de ‘Alien: el octavo pasajero’) puede haber ‘bichos’ peligrosos. En el filme y las novelas ostenta con merecimiento el nombre que da título a todas las sagas.

Sus particularidades desérticas inspiraron casi todas las peripecias que ocurren allí. Y, si nos ponemos metafísicos, bien puede explicarse como un símbolo de las luchas y conciliaciones de nuestra especie con los mundos que nos ha tocado habitar.

Solaris, de ‘Solaris’

Y hablando de metafísica, quizá el mundo más protagonista y absoluto con el que nos podamos topar en el cine se llama Solaris, con permiso del planeta ego del imaginario Marvel. Y eso que la visión y la acción de las dos ‘Solaris’ no tiene lugar tanto en el planeta en sí, sino ante su desconcertante presencia.

Andréi Tarkovski, en 1972, y Steven Soderbergh, en 1999, nos lo mostraron de formas muy distintas. Ambos filmes trataron con diferentes resultados de llevar la apuesta mayúscula del autor Stanislaw Lem. No es que las obras inviten a una reflexión compleja y aburrida. Más bien, consiguen seducirnos a través de la magia del cine y de la literatura para que cualquier mortal experimente el dilema filosófico que plantea.

Imágenes |  20th Century Studios

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