“La gente quiere una vida ficticia y los personajes ficticios una vida real”. Por este tipo de frases Woody Allen ha sido capaz de enamorar a generaciones de espectadores con sus películas. Su particular humor, sus delicados guiones y sus consecuentes inteligentes giros argumentativos, su cuidada estética y su particular visión de la vida son tres motivos de peso para darse un maratón con su filmografía. ¿Acordamos ya la quedada?
Lo cierto es que si quieres, no tienes por qué esperar para ver durante horas las películas del director newyorkino. No sabemos si eres consciente de que con Wuaki.tv puedes ver varias de sus grandes obras cinematográficas de forma sencilla sin levantarte del sofá, pero, por si acaso, en Pop TV te lo recordamos.
Hannah y sus hermanas
Ha llovido bastante desde que Mia Farrow se metió en el papel de Hannah a mediados de los ochenta, no obstante, tanto ésta como ‘sus hermanas’ –intúyase el guiño al título de la película– no han pasado al olvido de la cinematografía mundial. Por algo es considerada una de las mejores obras de Allen, y por algo su reconocimiento tanto estadounidense como internacional, ha recabado innumerables premios. Entre ellos, tres Oscars.
Manhattan
Manhattan es otro de sus grandes iconos fílmicos y todo un clásico en la carrera del director estadounidense. Su amor por Nueva York ha sido plasmado desde todos los ángulos posibles durante décadas, pero ésta es una declaración de amor en toda regla al lugar que le vio nacer. Si has visitado la ciudad que nunca duerme te habrás quedado prendado de su belleza. Y para recordarla, pocas películas te ofrecerán una visión igual.
La rosa púrpura del Cairo
Aunque para visión la de la fábula de La rosa púrpura del Cairo. Esta comedia romántica se adentra en el universo fílmico desde su propio ser. Sí, sí, desde dentro. O hacia fuera, más bien. ¿Acaso nunca has pensado en qué pasaría si un personaje traspasase la cuarta pared y mientras estás viendo una película apareciese en el mundo real? Lo disparatado de la historia y la moraleja que entabla son dos alicientes para no dudar en darle al play.
Annie Hall
Aunque si una obra merece ser repetida hasta la saciedad –aunque no te sacies, porque es imposible–, esa es Annie Hall. Porque si con alguna película Woody Allen impulsó su nombre en la cima del cine fue gracias a ésta. Y sí, también la puedes añadir al maratón. Eso por supuestísimo.
Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió preguntar
Por último, aunque tienes más opciones de Woody Allen en Wuaki, ¿por qué no ver Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar? Una forma de culminar la velada desde una perspectiva más pícara, pero desde el inigualable prisma del director estadounidense. Así, con su histeria, su nerviosismo, sus preguntas inocentes de doble dirección.
Dicho todo esto ya sólo te falta ir calentando las palomitas al microondas y disfrutar. ¿A qué esperas?
