¿Qué sería de la Navidad sin ‘Los Simpson’?

/ 27 diciembre, 2018

Atención, noticias breves, ya está aquí, Míster Quitanieves. Así hacía promoción Homer Simpson en su anuncio para sacar un buen dinero quitando la nieve de las calles. A cualquier precio. Unas de las muchas cantinelas que se nos han quedado pegadas durante años de especiales navideños y episodios dedicados a esta fría etapa. Porque si ‘Los Simpson’ son cultura pop, antes hay que recordar de dónde vienen. Exacto: de un especial navideño

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El 17 de diciembre de 1989 se emitió el primer episodio de la familia amarilla. Fox —canal que podemos disfrutar en HD desde Orange TV— aprobó 30 minutos de animación que no llegaron a España hasta enero de 1991, cuando La 2 comenzó a emitir la serie con doblaje patrio. ‘Sin blanca Navidad’ era el título de un experimento donde la clase media se queja de pagas escasas, mucho frío, trabajos alternativos, guerrilla infantil y visitas de familiares políticos y poco amistoso.

Los Simpson para todos

Dicho lo dicho, el interrogante es ¿cuántos especiales navideños han emitido Los Simpson a lo largo de 29 —casi 30— temporadas? ¿Cuáles son los mejores? ¿Cuánto ha cambiado la Navidad y, por ende, la sociedad que nos rodea a lo largo de estos 30 años?

Una cosa es cierta: hay Simpson para todos, hay crítica velada y disparo indiscriminado para todos los colectivos en estas fechas tan señaladas. Porque si algo llena de orgullo y satisfacción a este pequeño colectivo americano es poner patas arriba lo que creemos que representa un constructo cristiano como es la Navidad. No cabe duda de que el blanco le sienta bien a ‘Los Simpson’. Por haber, hay hasta videojuegos focalizados en el chiste de la irascibilidad navideña.

Una cronología navideña

Como decíamos, ‘Sin blanca Navidad’ fue un capítulo irreverente, gamberro y lleno de referencias a la endeble economía de la clase media. Menuda forma de empezar. En España las cosas no eran tan distintas. Felipe González acababa de formar Gobierno con Narcís Serra como vicepresidente. Los dos Alfonso (Suárez y Guerra) acababan de dimitir y el Congreso parecía una leonera. Pero había unión y amor en las familias. Eso no se pierde nunca.

Quizá, por esta dualidad entre realidad y ficción, no sabíamos vivir sin ‘Los Simpson’ en Navidad. Pero aún pasó algún tiempo hasta que llegara el siguiente episodio de temática blanca. Porque si los guionistas han seguido una regla es que no hay reglas. Cada especial navideño aparece cuando se quiere hacer. Y punto.

Tuvimos que esperar hasta la cuarta temporada, en 1992, según el calendario estadounidense. El noveno episodio —siempre coincide entre los capítulos 8-10, con la fecha de emisión navideña— llevaba el título de ‘El Señor Quitanieves’. Un favorito para muchos con explosión en la central nuclear incluida —que dejó a Homer sin trabajo— y por ese baile sensual que ponía a Marge como una moto —cuando su chaqueta de trabajo tuvo que volver al armario—.

El siguiente capítulo, como algunos recordarán, también supuso un salto de temporadas, hasta el capítulo 11 de la séptima, en 1995. Aquí se tradujo como ‘Marge, no seas orgullosa’. En estos años no hubo mucho cambio en legislaturas, pero sí vimos cómo el Real Madrid rompía una racha de cuatro ligas seguidas para el FC Barcelona y cómo cerraba una de las más icónicas cadenas del país, Galerías Preciados.

Pero centrémonos en lo importante: ¿qué pasaba con Marge? Que estaba realmente harta. El reto de volver a la Navidad sirvió para que el guionista Mike Scully ejerciera de nuevo su magia en un capítulo bastante influenciado por otra nueva cultura pop: los videojuegos.

‘Mortal Kombat’ aparece bajo la forma de ‘Bonestorm’, pero también están presentes de forma explícita Mario y Sonic, mascotas de Nintendo y Sega, respectivamente. Eso sí, la perversión del tropo de la familia en deconstrucción no cambia. Ahí sigue Homer anhelando a su madre mientras que Marge, nueva matriarca, reordena el desorden de los suyos.

El siguiente episodio navideño, ‘El milagro de Evergreen Terrace’ no aparecería hasta la novena temporada, en 1997. Otro clásico que pugna como favorito. Es, además, el primer episodio con calificación ‘Para todos los públicos’ de la serie.

En este caso Bart es protagonista, bien porque revienta la Navidad del hogar incendiando el árbol tradicional —al final todo Springfield se vuelca para arreglarles el malestar—, bien porque acaba confesando el atroz hecho y el pueblo entero los persigue como si fueran terroristas.

Otro disparo directo a la hipocresía y cinismo colectivo, a lo endeble del espíritu navideño cuando la humilde realidad golpea. Y no olvidemos el hito:

https://www.youtube.com/watch?v=hzU56X7xagk

Los años fueron pasando en forma de temporadas y, esta vez sí, las reglas del juego cambiaron. En la temporada 15 (2003), episodio séptimo, llegaron las dádivas metarreferenciales. En ‘Ya llegó la decimoquinta temporada’ nos encontramos a un Homer menos egoísta que de costumbre influenciado por el clásico ‘Cuento de Navidad’. El buen hacer le concede un bálsamo de popularidad, hasta transformarlo en pura mezquindad, mientras Flanders desvela la envidia de no ser el ojo favorito de la comunidad. Pero Homer no pretende robarle ese puesto, que comparte y celebra.

‘Cuentos de Navidad de Los Simpson’ será el siguiente de esta serie, el episodio 9, temporada 17, emitido durante 2005. Un conglomerado de pequeños relatos que funcionó regular, con algunos gags a cuestas de las referencias bíblicas típicas. Nada reseñable.

En cambio, ‘Kill Gil, volúmenes 1 y 2’ (episodio 9, temporada 18, 2006), bien vale un punto aparte. Gil es un perdedor, un vendedor a puerta fría que se instala en el hogar de los Simpson y se aprovecha de la hospitalidad de este fracasado nato —algo que solo parece molestar, por razones obvias, a Marge—.

El siguiente especial temático aparecería en la temporada 22. ‘La pelea antes de Navidad’ era el octavo capítulo de una temporada llena de altibajos, con decenas de referencias políticas. Una especie de ‘Maus’ —la novela gráfica sobre el auge del nazismo frente a una pobre familia de ratones judíos— en clave simpsoniana donde Marge vuelve a ser el eje de la narración.

‘Fiestas de un futuro pasado’ aparece en la siguiente temporada y viaja hacia un futuro alternativo de los vástagos Simpson, con una Lisa en plena pugna con hija adolescente y un Bart siguiendo los pasos etílicos del padre. Entretanto, mucha mitología futurista con un par de gags acertados sobre el abuso de la tecnología, un Homer cargando con los nietos y el valor de nuestros recuerdos como símbolo de lo que realmente somos.

‘El blues de la blanca Navidad’ y ‘No estaré en casa para Navidad’ han sido los últimos episodios de esta ralea, en las temporadas 25 y 26, respectivamente. Demasiado autoconscientes, demasiado cargados de bromas sobre capitalismo pasado de rosca —ludopatía, compra compulsiva, etc.—; podría decirse que este no es el final que merecemos, pero sí el que tenemos.

Quedémonos con la moraleja general: aquello que no se compra, nuestros seres queridos, sean familiares o no, son aquello de lo que debemos rodearnos en estas fechas. La felicidad solo es real cuando se comparte, como diría el popular senderista Christopher Mccandless.

Imágenes | FOX TV

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