La historia del cine está llena de sagas que, a pesar de contar con una buena calidad, no han terminado de ser descubiertas por el gran público de la misma forma que algunas producciones del mismo calibre: ahí tenemos ‘Resident Evil’ – que te puedes ver entera en el videoclub de Orange TV-, una saga con sus amantes y sus detractores, pero que es ampliamente conocida, posiblemente debido a la popularidad de los videojuegos en los que se basa. Sin embargo, ‘El corredor del laberinto’ no ha tenido esa suerte. Y es una pena, porque esta trilogía de películas basadas en las novelas del norteamericano James Dasher nos proporcionan un montón de buenos argumentos para disfrutar de cine de acción y ciencia-ficción que se digiere bien y deja un mejor sabor de boca. Te contamos por qué – ¡sin spoilers! -aprovechando que tenemos todas la pelis disponibles en el videoclub.
La perpetua sensación de misterio
‘El corredor del laberinto’ comienza poniéndonos directamente en la piel de Thomas, un adolescente que se despierta en mitad de una gran zona boscosa rodeada de altos muros, un lugar en el que ya viven otros jóvenes que, como él, no recuerdan por qué están ahí ni quiénes son. Misterio puro a base de numerosas preguntas que, en lugar de resolverse, irán creciendo conforme la primera película vaya transcurriendo. Y es una sensación genial que no nos va abandonar en toda la trilogía, esa idea de que todo se vuelve cada vez más extraño y de que no podemos dejar de mirar, pendientes de cada detalle que nos pueda otorgar una valiosa pista.
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El mejor ejemplo lo tenemos al final de la primera peli, cuando nuestra perspectiva cambia por completo y se nos queda una cara de sorpresa que sólo podemos solucionar de una manera: enchufar rápidamente ‘El corredor del laberinto: las pruebas’, la segunda entrega de la saga, que profundiza más en la evolución de los personajes y consigue que vayamos entendiendo algunas cosas – sólo algunas- . Esta segunda cinta, que contó con un presupuesto mucho mayor que la primera, propicia además escenas mucho más espectaculares y momentos épicos que hacen avanzar la historia… esta vez en nuevos escenarios, si cabe, mucho más interesantes. No queremos arruinarte la experiencia de descubrirlo por ti mismo – de ahí que no acompañemos este texto de los trailers habituales-, pero debes saber que la segunda película lleva la acción a otro nivel, pero siempre teniendo en cuenta una cosa: lo más importante son los protagonistas.
Aquí es donde queremos hacer un punto y aparte, porque es sagas de este tipo en las que el argumento, los combates y los efectos especiales son el principal atractivo, puede ser fácil desdibujar a los personajes y convertirlos en estereotipos carentes de personalidad; no ocurre así a lo largo de la saga de ‘El corredor del laberinto’, ya que nos encontramos con una evolución permanente de unos personajes a los que, ya te lo adelantamos, les vas a coger cariño.
No podemos obviar que la responsabilidad también es de los propios actores, como el gran protagonista, Thomas, interpretado por Dylan O’Brien, un joven que ha sabido hacer suyo el personaje y dotarle de alma, hasta tal punto que en la última cinta, ‘El corredor del laberinto: la cura mortal’, vamos a pasarlo muy mal en algunas escenas. Junto a O’Brien nos encontramos con Thomas Brodie-Sangster, un chaval con cara de pícaro que clava su personaje y que, junto a Kaya Scodelario, forman el trío protagonista.
Pero luego están los pesos pesados, actores consagrados que engrandecen a sus personajes, como Aidan Gillen, ese tipo al que nos encanta odiar en cada ficción que protagoniza; o Giancarlo Esposito, que también aporta su saber hacer en pantalla.
Ojalá hubiera más finales como este
Tal vez uno de los argumentos más potentes que te podemos presentar para que le des una oportunidad a la saga de ‘El corredor del laberinto’ es que tiene uno de los finales más redondo que hemos visto en mucho tiempo. No es fácil contentar al público después de tres películas, ni cerrar los numerosos cabos abiertos durante otras de metraje, pero en esta ocasión se ha conseguido.
El resultado es que nos vamos a quedar con una gran sensación, con esa idea, a veces rara en televisión, de que todo cuadra, de que todo tenía una explicación desde el principio. Sólo por eso, esta saga se merece que le dediques uno de tus fines de semana cinéfilos.