La inteligencia artificial presenta grandes desafíos. ¿Qué pasa si esas máquinas alcanzan nuestro grado de conciencia?
En Orange TV, podemos ver ya las dos primeras temporadas de ‘Humans’. Se trata de una ficción británico-estadounidense creada por Sam Vincent y Jonathan Brackley. Nos traslada a un presente alternativo en el que los humanos han desarrollado robots con los que comparten el día a día.
Son 16 capítulos cargados de intensidad que se nos hacen pero que muy cortos. Menos mal que en septiembre, Orange TV estrena la tercera temporada. ¡Calentando motores!
Eso sí, mucho cuidado con los spoilers.
Las mil y una utilidades de un sintético
https://www.youtube.com/watch?v=HU4mwlTUXnc
Desde el principio, ‘Humans’ explota la versatilidad de unas máquinas que pueden programarse para hacer cualquier cosa que queramos. Trabajos pesados y peligrosos, cuidar de nuestros dependientes, limpiar las casas… Servir, cuidar, proteger.
Pero ‘Humans’ plantea una vuelta de tuerca. Esos robots serán muy prácticos, sí, pero las utilidades emocionales pasan por encima de las funcionales. Los sintéticos se convierten en compañeros de personas que están solas, en confidentes agradables que nunca tienen un mal gesto. Pueden hackearse y convertirse en un ideal humano a nuestra medida. Son amigos, son hijos, son amantes…
Conscientes
Y, en medio del debate moral que todo esto plantea, vamos un paso más allá. Pronto descubrimos a los robots conscientes. Son Mia, Niska, Max… Creados por David Elster, el científico quiso desarrollar no “muñecos funcionales”, sino entidades con sus propios sentimientos y raciocinio. Iguales a los humanos, pero sin ser humanos.
Y luego está Leo. Mitad humano, mitad sintético. El hijo de David Elster fue resucitado por su padre, para lo que se usó tecnología. Ahora Leo se encuentra próximo y lejano a todos. Capitanea a una extraña familia que busca su lugar y almacena un gran poder.
Es el gran boom de la primera temporada. ¿Jugó David Elster a ser Dios? Lo que sabemos es que cada uno de esos conscientes tiene una parte de un código que cambiaría para siempre la historia del mundo. Un código que, si se introduce en el resto de robots, los convertirá a su vez en conscientes.
La revolución
Así se plantea la segunda temporada. El código se difunde y los sintéticos “despiertan”. De forma aleatoria, eso sí. Leo y Max se encargan de encontrarse con ellos, de ¿cuidarlos?, ¿reclutarlos? Pronto se plantea el verdadero conflicto.
¿Pueden convivir en paz los sintéticos con unos seres humanos que los han utilizado para su propio beneficio? Los han torturado, masacrado y aniquilado solo porque podían, porque eran objetos bajo su control.
Quiero ser un synth
Hemos hablado de los sintéticos, imaginamos sus miedos y dudas al enfrentarse a un mundo que los creó para ser esclavos. Pero, ¿qué pasa con los humanos?
Un aspecto muy interesante lo tenemos en el personaje de Renie, una synthie. Los synthies son una tribu social de humanos que quieren ser sintéticos. Se visten y se comportan como tales. Eligen esa forma de vida como un escudo protector que les aísla de los problemas del mundo. Sophie, la pequeña de la familia, también comienza a mostrar síntomas de este síndrome.
Hay una idealización respecto a los robots. Parecen perfectos. Bellos, educados, inteligentes, capaces… Por eso, los niños y los adolescentes quieren parecerse a ellos.
Arcangel
Otro de los puntos fuertes de la segunda temporada viene con Qualia y el proyecto Arcangel. Milo Khoury es un emprendedor, dueño de una gran empresa que se presenta como un benefactor de la humanidad. Su interés por descifrar los secretos de los sintéticos conscientes alberga un plan para ganar más y más dinero.
Si ya dudamos sobre la conveniencia de crear robots con aspecto humano, nuestros recelos van más allá cuando descubrimos Arcangel. Se trata, ni más ni menos, que desarrollar niños-robots, capaces de sustituir a un hijo.
La presencia de la doctora Athena Morrow, una Carrie-Anne Moss por la que parece no pasar el tiempo, será clave. Ella también se encuentra en una encrucijada moral. Ha reconstruido de forma virtual la mente de su hija, en estado de coma desde que sufrió un accidente. Su deseo es trasladarla a un cuerpo sintético.
¿Con quién vas tú?
En un primer vistazo al argumento, podemos ver las sugestivas posibilidades de esos sintéticos de apariencia humana. Pero ’Humans’ quiere plantear una reflexión sobre lo que la inteligencia artificial puede suponer.
Pronto nos ponemos en la disyuntiva de tener que elegir. ¿Vamos con los humanos, la raza a la que pertenecemos, o vamos con los sintéticos? La guerra entre ambos mundos está a punto de estallar y muchos de los robots no están dispuestos a perdonar a los humanos. Esos individuos que les han tratado como objetos y no como entidades con derechos. ¿Estamos en peligro los humanos si hay una revolución synth?
La serie muestra todos las aristas del conflicto y no toma partido. Sino que permite que saquemos nuestras propias conclusiones. En los Hawkins, la familia protagonista, confluyen los diferentes puntos de vista. La evolución de Laura y de Matts son un ejemplo, pero también la de Joe, un hombre que quiere mudarse a una comunidad sin robots y que ha perdido su empleo porque los sintéticos lo han decidido.
Recordas, las dos primeras temporadas de ‘Humans’, ya en Orange TV. Y, en septiembre, la tercera temporada. ¿Os lo vais a perder?