Si aún no has visto ‘Mad Men’, te estás perdiendo una obra maestra, una de esas series que ya forma parte del olimpo de la ficción televisiva, por muchos motivos. A veces una serie solo brilla en uno o varios aspectos. A veces es una trama adictiva lo que la hace especial. O puede que sus brillantes diálogos.
Pero también podrían ser el carisma de sus personajes, su factura técnica o su dirección de arte. Hay títulos que fallan en algunos aspectos pero destacan por otros. Una serie puede tener un guión impecable pero no acertar en la ejecución.
Una obra maestra contiene todos esos elementos y los combina en un complejo universo, como hace ‘Mad Men’: publicidad, revoluciones sociales, culturales y sexuales, feminismo. Un magnífico resumen de 10 convulsos años de historia norteamericana y el relato de una sociedad cambiante.
Por eso, una serie es magistral cuando ninguna frase sobra y ningún personaje es plano. Cuando la ambientación es tan rigurosa que sientes que no están contando una historia, sino que estás en ella. Cuando cada plano significa algo. Cuando la música es parte esencial de su narrativa. Pero sobre todo, cuando creces y aprendes con ella. Ahora, gracias a Orange TV y su menú a la carta, puedes hacerlo en modo maratón y obtener un ‘máster’ en publicidad, entre otras cosas.
‘Mad Men’ o la locura de la publicidad
Don Draper
Ver ‘Mad Men’ es como colarse en cualquier agencia norteamericana en la década de los 60. Cuando la publicidad, especialmente aupada por la televisión, comienza a convertirse en una industria cada vez más productiva y surgen conceptos como el marketing directo y el consumo de masas.
Y aunque nos muestra la cara más oscura del negocio, entre nubes de humo de cigarrillo y excesos de alcohol, hace que apreciemos la publicidad como algo más que “vender medias”. Más bien, como un oficio en el que se necesita un talento como el de Don Draper (Jon Hamm), solo superado por su ego.
Porque conseguir que una frase resuma los valores de la marca, sea ingeniosa y además consiga impactar en el target, como una flecha en el centro de una diana… no es fácil. Aunque Don tiene el eslogan perfecto para todo: “La publicidad se basa en una cosa: felicidad”.
https://www.youtube.com/watch?v=7qDpWQ0h2_g
Matthew Weiner, creador de ‘Mad Men’ (y de la que se considera como su legado, ‘The Romanoffs’) solo añade algo más de drama al asunto. Pero el negocio de la publicidad, per se, ya contenía todos los elementos para construir una emocionante historia: lucha de egos, competencia descarnada, crisis creativas, cuentas millonarias, comidas de empresa regadas de alcohol…
Los importantes acontecimientos que se vivieron en EE.UU. durante la década de los 60 y que convulsionaron aquella sociedad (y el contexto).
Es la época que vivieron agencias publicitarias reales como McCann Erickson, Leo Burnett y DDB contra la que compite en la ficción Sterling Cooper. Incluso hay quien apunta al director de arte de DDB, George Lois (famoso, como Don, por su ego, su talento y su atractivo) como referente del personaje de Draper o a Jane Maas, redactora creativa y autora de ‘Mad Women’, como la auténtica Peggy Olson.
Tan bien consiguieron reflejar cómo se crea una idea capaz de vender millones que hace ahora algo más de un año la marca Heinz decidió utilizar en una campaña el famoso ‘Pass the Heinz’, el eslogan que Draper intentaba vender a sus homólogos en la serie.
Peggy Olson o el empoderamiento femenino
“Fue como ver a un perro tocar el piano”. Así lo explica uno de los creativos al resto, cuando Peggy Olson, una mera secretaria, aporta su primera buena idea a la agencia.
No nos engañemos: ‘Mad Men’ refleja un mundo tremendamente machista, porque así lo era. Frases como “trabajar de noche es malo para el cutis” o “se nota cuando una idea es de mujer” son reveladoras de la sociedad de los años 60, donde las mujeres siguen estando completamente infravaloradas y son relegadas a su papel como amas de casa. Su talento se subestima.
En este contexto, algunas comienzan poco a poco a despertar y a intentar ocupar el lugar que les corresponde, como Peggy Olson (Elisabeth Moss). Ella representa el casi testimonial lugar de la mujer en este negocio como algo más que secretarias. Si ahora se habla del techo de cristal, entonces ni siquiera se abrían las puertas para ellas.
Al mismo tiempo aparece en escena la píldora anticonceptiva y con ella, la liberación sexual de la mujer. Por fin puede tomar las riendas de su vida. Y también, como afirma una de ellas, ya están en los 60 por lo que ya pueden “casarse por amor”.
Tampoco faltan ejemplos de mujeres fuertes y seguras de sí mismas dispuestas a luchar contra los tópicos y el machismo, como Peggy. A veces incluso contra la envidia que despiertan en otras mujeres.
¿No cree que formar una familia le haría más feliz que los quebraderos de cabeza y discutir con gente como yo?
Yo podría preguntarle lo mismo a usted. Y de no ser mujer, no tendría que elegir entre ponerme un delantal y el reto de hacer de la tienda de mi padre lo que debería ser.
Si la sociedad avanza hacia la igualdad entre hombres y mujeres es gracias a que existieron mujeres que se revelaron contra este tipo de pensamientos. ‘Mad Men’ también cuenta su historia.
La convulsa década de los 60
‘Mad Men’ está ambientada en una década particularmente intensa. La historia (la real) transcurre paralela a la trama, afectando a los personajes en mayor o menor medida. Desde la elección de John F. Kennedy y su posterior asesinato al de Marthin Luther King, pasando por las revueltas sociales para acabar con el apartheid en Norteamérica, la llegada del hombre a la Luna o la Guerra de Vietnam, entre otros muchos hitos.
Bebe asimismo de la cultura popular de la década: la música, el LSD, Woodstock, el verano del amor, el divorcio (como algo exótico), los hippies de California, libros, películas… Las referencias al mundo real (desde el vestuario hasta las ideas o las series de televisión que se mencionan) son siempre verídicas y coinciden en el tiempo con el propio timeline de la serie. Eso se lo debe a su rigor histórico.
La música es uno de los elementos de la cultura popular más presentes, tanto en referencias como en las canciones que suenan. Su poder narrativo en la serie es incuestionable. Pero también sirve para reflejar los cambios culturales que vivía la sociedad.
Su banda sonora es una cuidada compilación de la música que surgió y sonó en aquella época con más fuerza. De los temas que pusieron banda sonora a los 60. También es un ejemplo del gran esfuerzo en producción que hizo AMC por lograr una historia auténtica y rigurosa: la cadena llegó a pagar 250.000 dólares en derechos de una rareza de los ‘Beatles’, solo para ver la reacción de Don Draper ante el viraje del grupo hacia la psicodelia.
https://www.youtube.com/watch?v=rLLL9DKpUa4&t=3s
‘Mad Men’ no solo contiene los mejores elementos para lograr el combinado perfecto. Es que sabe manejarlos y presentarlos con una estética que conquista a la vista. Su factura técnica es casi cinematográfica; impecable, como muestran sus artísticos encuadres o su magnífica dirección de arte. Si fuera un cóctel, sería uno de esos Old Fashioned que bebe su protagonista: de otra época, pero sofisticado y cautivador.
Fotos | IMDb/Mad Men, IMDb/Mad Men Photo by Ron Jaffe – © RONP JAFFE, IMDb/Mad Men © AMC, Captura © Netflix, IMDb/Mad Men Photo by Jordin Althaus/AMC, Captura © Netflix