Celebra el centenario del genio Berlanga en FlixOlé con Orange TV

/ 27 mayo, 2021

La pasada ceremonia de los Premios Goya marcó el inicio del Año Berlanga, año que se cerrará con la próxima celebración de los premios, en 2022, en Valencia.

Un año de cine para celebrar el centenario del genio infinito de Luis García Berlanga. Referente para muchas generaciones de directores, su legado ha perdurado a lo largo del tiempo.

Y nada mejor que recordando su filmografía, disponible en FlixOlé con Orange TV, con un especial que hace un repaso por algunas de sus obras maestras.

Bienvenido, Míster Marshall’ (1953)

Comenzamos con la más idiosincrásica, la más divertida. Si bien sus inicios se remontan a 1948, no fue hasta 1952 cuando su nombre se hizo un hueco perenne en la cartelería de la época.

Con guion a medias con su buen amigo Bardem, ‘Bienvenido, Míster Marshall’ es historia viva, la primera donde aparece ese mismo chiste, donde alguien dice “austro-húngaro” y el mejor retrato de un país demasiado encerrado en sí mismo y orgulloso de su ignorancia.

Calabuch’ (1956)

Todos los grandes directores cuentan en su filmografía con una película hecha de amor, costumbrista, sincera y única. ‘Una historia verdadera’ de David Lynch sería un buen ejemplo. ‘Calabuch’ es la de Berlanga.

Infravalorada obra cumbre donde un científico americano, mitad genio loco, mitad ignorante rematado, da con el pueblo perfecto para acabar sus días en paz con sus tormentos. Con rostros como Valentina Cortese, Franco Fabrizi y Juan Calvo y un marco único, Peñíscola. La última película de Edmund Gwenn es un corte de mangas a todo lo que ensombrece este mundo.

Los jueves, milagro’ (1957)

Con la intención de reactivar la economía de un pueblecito de aguas termales casi abandonado, un grupo de amigos decide fomentar el turismo a partir de una mentira: convertirse en una especie de Lourdes (Francia), hacer de la villa un lugar de peregrinación a partir de una milagrosa aparición. Víctima de la censura —hubo que reescribir el final—, el milagro es solo la excusa perfecta para hacer comedia bárbara con la crueldad de algunos pillos. Pura picaresca española bajo coproducción italiana.

‘Plácido’ (1961)

Palabras mayores. Nominada al Óscar a mejor película de habla no inglesa —se lo arrebató Ingmar Bergman—, esta es la película que todavía hoy revisan miles de hogares cada navidad, quizá bajo la misma perspectiva que reprueba la cinta.

Con la campaña “siente un pobre a su mesa” se pinta un fresco único, una obra coral llena de acidez post-banquete donde la caridad de una burguesía que nunca querría renunciar a su estatus se transforma en lo que siempre ha sido: mera hipocresía para calmar la picazón de la conciencia. Punto aparte merecen las interpretación de José Luis López Vázquez y el cómico Cassen.

El Verdugo’ (1963)

Premio FIPRESCI e inspirada en un caso real, nunca la expresión ‘humor negro’ ha estado escrita con tintas tan cargadas. Y es que parte de la grandeza de Berlanga se la debemos a la mano escritora de Rafael Azcona. Los sesenta y setenta no se entienden sin sus guiones, y juntos firmaron este retrato de la crueldad humana. Patriotismo y perversión a través de algunas de las mejores interpretaciones de un trío protagonista conformado por el italiano Nino Manfredi, Pepe Isbert y la madrileña Emma Penella.

Patrimonio nacional’ (1981)

Secuela directa de ‘La escopeta nacional’ y parte de la trilogía que completa con ‘Nacional III’, ‘Patrimonio nacional’ es el Berlanga más mordaz, el que observa una España herida llena de duques y barones propios de otro tiempo y que nada pintan en una Madrid progresista. Con un marco candente, además: la transición de dictadura a democracia al amparo de una monarquía que siempre va a lo suyo.

‘La vaquilla’ (1985)

Y nos metemos ahora hasta los ochenta para hablar de las otras víctimas de la Guerra Civil Española, los anónimos que esperan, veteranos de una guerra que no eligieron. Personas hartas de pelear. Por una vaquilla robada, por cierto. Los republicanos quieren comérsela y, de paso, fastidiar una corrida que están organizando los nacionales. Solo Berlanga es capaz de hacernos reír con un material de partida que estremece y, encima, juntando al mejor elenco posible de la época. Al final, como suele decirse, “ni vaquilla ni na’”. Una vaquilla que siempre estuvo en el bando perdedor, fuese cual fuese.

‘Nacional III’ (1982)

Y cerramos con la tercera parte de esta trilogía, la más internacional e irregular, pero también la más oscura, donde vuelven a desfilar López Vázquez en el papel de Luis José, Luis Escobar (que realmente ostentaba el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir) como Marqués de Leguineche y una baraja de secundarios compuesta por Chus Lampreave, Agustín González y Amparo Soler Leal, entre otros. Una despedida donde los que más tienen —patrimonio heredado—, más preocupados están por vender y evadir sus responsabilidades fiscales.

Por supuesto, para quienes se hayan quedado con ganas de más, también podemos encontrarnos con ‘Todos a la cárcel’ (1993), otra lectura de la corrupción política bajo un marco tan inocente como el Día Internacional del Preso de Conciencia, y ‘Novio a la vista’ (1953), una de las primeras fugas ‘erotomaniacas’ del gran director y que inspiraría series como ‘Verano Azul’, gracias a un tono agridulce que divide un inalienable salto generacional. Hay Berlanga austrohúngaro para rato.

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