La violencia machista no solo se ejerce en un plano físico, también psicológico. Este es el argumento de ‘De menos’, el último trabajo de las hermanas Cristina y María José Martín producido por Lasdelcine y COSMO.
La revista insiste un año más en su compromiso contra la violencia de género. El cortometraje se estrenará el próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Se podrá ver a partir de las 22:00 horas en COSMO a través de Orange TV.
Cristina y María José Martín, directoras de ‘De menos’
La pareja protagonista del filme se encuentra encarnada por Kira Miró y Víctor Clavijo, dentro de un elenco que completan Montse Pla y Juan López-Tagle. Hemos podido hablar con los dos primeros tanto de su trabajo en el corto como de discriminación dentro y fuera de las pantallas.
“Ningún hombre está a salvo por completo de tener actitudes machistas”
Para ambos, la temática del cortometraje les dio una motivación especial de cara a “dar voz a este problema, el maltrato psicológico […]. Parece que cuando se habla de maltrato la mayoría de veces es por maltrato físico, en el que las heridas son evidentes, pero hay otra parte que es el psicológico, el que no se ve”, nos relata Miró.
Según Clavijo, la historia ahonda sobre un fenómeno que se puede comprobar en el día a día de toda persona. “Ningún hombre está a salvo por completo de tener actitudes machistas o micro-machistas porque son herencia cultural, por desgracia”.
Para él, la particularidad de este libreto es que realiza una denuncia de estas situaciones de “una manera sutil y novedosa”. El actor apunta que “se da en un personaje que no se considera a sí mismo machista. Sin embargo, tiene una actitud machista aunque se considera feminista. Me pareció fantástico la manera en que lo plantea el guion”.
Miró recuerda lo complicado que es identificar el maltrato psicológico. “A veces, podemos estar sufriendo o ejerciendo maltrato sin darnos cuenta por la educación que hemos recibido o por justificar que no es para tanto”, señala.
“¿Quién no ha visto de repente una pareja en la que él le habla mal a ella y hemos pensado, cuando éramos pequeños, que simplemente se llevan mal?”, ejemplifica Clavijo, quien continúa: “Hacer sentir de menos a tu pareja, hacer sentir dependencia hacia ti, ahí también hay violencia”.
Un subtexto que, por desgracia, se da en la vida real
A Clavijo le atrajo la carga de subtexto presente en el guion. Es decir, el mensaje que ocultan comportamientos y palabras más allá de su sentido literal. “En mi caso en concreto, lo interesante es toda la cantidad de subtexto. Quería abordarlo desde el lugar de entender la emoción. No intenté crear un arquetipo. Tuve dudas, pero lo interesante del personaje es no mostrarse como un tío violento”.
Eso sí, para poder desplegar todo ese potencial es preciso un trabajo de interpretación pormenorizado. Miró incide en que fue preciso “llevar todo el trabajo hecho desde casa” y “ponerle mi alma, mi voz, mi experiencia y estar al servicio del texto y de lo que queríamos contar”.
Un sentimiento que coincide, en parte, con el de Clavijo, quien insiste en que para poder realizar una buena interpretación hay que “entender las razones de los personajes, incluso de aquellos con los que no empatizamos”.
“Yo en mi caso intenté abordar el personaje como alguien que tiene la autoestima muy baja […] y hay una situación de celos profesionales con respecto a su mujer […] esto es una cosa muy humana y puedo empatizar con ello […] pasa que él considera que es él quien tiene que llevar el dinero a la casa, el hombre y no la mujer”, explica el actor.
Acuerdo para el desacuerdo
En el cortometraje, como en tantas otras obras, ambos intérpretes han de trabajar en que la química fluya en el set. Es un trabajo paradójico y desafiante para actrices y actores que lo que buscan es trasladar el conflicto a la escena.
¿Cómo se aborda algo así? “Haciendo trabajo de mesa […] pactando en qué frases o en qué momentos uno se sube y otro se baja o se deja afectar o no, y a raíz de eso, volar en el rodaje”, nos contesta Miró.
Clavijo explica que hay que “defender la posición de su propio personaje y estar presente en la escena y estar escuchando de verdad al compañero, pero, al mismo tiempo, conectado con la emoción del personaje”.
Discriminación dentro y fuera del cine
Miró nos ha contado que en los últimos 20 años sí ha podido sufrir discriminaciones, pero que ya se dan pasos para erradicarlas. “Por lo menos, estamos empezando a ser conscientes”, señala
¿Y qué ocurre cuando los estereotipos de género se dan en la historia? ¿Pueden hacer algo la actriz o el actor? Ambos intérpretes saben que su labor es la de estar al servicio de sus personajes y de su creador. Aun así, creen que desde su posición tienen algo de margen para la acción.
Sin dar nombres, Clavijo desvela que le “consta que ha habido compañeros que han sido conscientes de que se intentaba sexualizar a una compañera, bien por el tipo de ropa, por la actitud del personaje […] y han dado la voz la alarma y han podido hacer presión”.
Rompiendo moldes arcaicos: “A los hombres también se les puede pasar el arroz”
A colación de la cuestión del género, hemos cuestionado a la pareja protagonista sobre estereotipos. “Casi todos los superhéroes son hombres. Me encantaría hacer Joker”, nos comenta Miró pensando sobre un personaje clásicamente masculino al que la atraería encarnar.
Por otro lado, Miró cita a Annette Bening en‘Conociendo a Julia’entre sus referentes femeninos. Por su parte, Clavijo admite haberse inspirado durante su carrera en el personaje de Lady Macbeth.
Una cuestión con mucha miga: ¿cómo trata la prensa a unas y a otros? A Miró le llama la atención que los periodistas pregunten diferente. Una de las diferencias tiene que ver con la maternidad o paternidad, tema sobre el que se interroga más a las actrices que a los actores.
“A los hombres también se les puede pasar el arroz”, apunta Miró. “La maternidad, cómo te cuidas, la dieta, el físico; casi todo está relacionado con el físico”. “Como si lo único interesante que tuviese que contar esa actriz fuese el vestido que lleva y no su carrera y no su trabajo en particular”, comenta Clavijo.
Miró pone el foco sobre un fenómeno muy común en la relación con el público y la prensa: la no diferenciación entre personaje e intérprete. “Dependiendo del personaje que hagas, casi todas las preguntas van dirigidas a ese personaje; entonces tú respondes a través de ese personaje”. De este modo, se genera un círculo vicioso en que el resto de piezas posteriores se nutren de esa información y hacen reverberar la vida, no de la actriz, sino del propio personaje interpretado, confundiendo ficción con realidad. Esto incide de lleno en los estereotipos de género. Miró cita casos en los que, el conflicto del personaje que interpreta se extrapola a su vida personal en temas tan íntimos como la maternidad o la sexualidad.
Como se puede comprobar, el trabajo de Miró y Clavijo por erradicar violencia y discriminación reluce en el cortometraje, pero también cuando no hay una cámara frente a ellos. Una labor que también comparte COSMO, que encadena por cuarto año consecutivo una obra con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Por Jaime Ramos
Imágenes | COSMO