Bill Murray no se llama Bill Murray. El cómico, actor y excéntrico profesional nacido allá por el año 50 del pasado siglo es pura contradicción, empezando por su propio nombre, que en realidad es William James Murray. Pero luego está su cara de jocosa indiferencia, su aire cansado pero pillo, sus diálogos mordaces, irónicos… todo es pura tensión en un intérprete que ha hecho del género de la tragicomedia su fetiche. Y por eso le queremos, porque durante casi cuarenta años nos ha hecho reír con una fórmula muy personal que llevó a su máxima expresión en ‘Atrapado en el tiempo’ (1993), pero también sentir el drama de historias como ‘Lost in translation’ (2003). Todas estas películas las puedes ver ya en el videoclub de Orange TV y, en caso de que sigas indeciso, te vamos a dar 5 buenas excusas para caer rendido ante los encantos del bueno de Bill.
Por su provocadora interpretación de Peter Venkman
‘Los Cazafantasmas’ forman ya una parte indisoluble de nuestra infancia, de aquellos tiempos en los que atrapar ectoplasmas podía ser muy divertido. Pero si tenemos que escoger nuestro favorito de entre los cuatro ‘científicos’ que componen el mítico grupo, sin duda con quedamos con Peter Venkman, el personaje interpretado por Murray.
Este bocazas profesional, más que un experto en cosas sobrenaturales, se presentó ante nosotros como un verdadero portento a la hora de sacar a la gente de sus casillas, de provocar, de reírse de todo y de todos. El ejemplo perfecto lo tenemos en esta peculiar sesión fotográfica…
En apenas dos minutos tenemos resumido el gran atractivo que Murray impregna a cada rol que interpreta: él no quiere hacerte reír, no de manera convencional; sobre todo pretende pasárselo bien y ahí es cuando tú terminas por sonreír.
Por su eterna tragicomedia
Estoy serio, pero te voy a decir algo que va a hacer que te partas de risa. Este podría ser el resumen de muchos de los monólogos que Murray ha protagonizado a lo largo de toda su carrera.
En la siguiente escena de la película ‘Tootsie’, en la que aparece junto a Dustin Hoffman – por desgracia, no hemos sido capaces de encontrarla en español -, el actor conjuga el dramatismo de un borracho desahogándose con la comicidad de un monólogo en el que poco a poco se va quedando solo.
Exacto, a Bill Murray no se le ve reír muy a menudo, no por lo menos en pantalla, pero su aparente falta de emociones, unido a unos diálogos mordaces, hacen una mezcla explosiva que siempre consigue arrancarnos una carcajada.
Por su sonrisa triste que te hace pensar
Sofía Coppola consiguió algo muy difícil en su película ‘Lost in translation’, contar una historia de amor, descubrimiento personal y soledad sin caer en el patetismo, provocando momentos de pura hilaridad y haciéndonos sentir igual de perdidos que los protagonistas, un ya mayor Bill Murray y una, por entonces desconocida, Scarlett Johansson.
Tal vez la escena que mejor define a esta película sea la grabación del anuncio de whisky, el motivo por el que el personaje de Murray viaja hasta Japón. Comedia por contraste:
No es de extrañar que esta interpretación fuera merecedora del Globo de Oro y el premio BAFTA a mejor actor.
Porque la edad le sienta taaaan bien
Aunque a Murray le vimos por primera vez en la década de los 70 con películas de comedia amable como ‘Meatballs’ – vaya melena manejaba entonces-, hemos de reconocer que el tiempo no ha hecho más que mejorar el extraño carisma que maneja este actor.
Lo vemos en la reciente comedia, a ratos drama, ‘St. Vicent’, en la que el actor se mete en la piel de un jubilado borracho, huraño y arruinado que odia a todo el mundo. Vaya, si parece que el papel le sienta como un guante…
Por su manera de mirarnos, una y otra y otra vez
Hemos dejado para el final la que puede ser la interpretación más recordada y divertida de Bill Murray, su inmortal papel como hombre del tiempo en ‘Atrapado en el tiempo’, que además ahora puedes ver en el videoclub de Orange TV en 4K.
¿Qué decir de una comedia que no nos cansamos de ver? Mejor nada, os dejamos con algunos de los mejores momentos que incluyen, por supuesto, la peculiar mirada a cámara –nosotros- que ha hecho famoso a Murray.
