Entre gambiteros y tunantes, Joaquín Reyes visita ‘Los Felices Veinte’

/ 9 abril, 2021

Estar asobinao, sentir regomello, oler a caldofrán. ¿Cómo es que estos regionalismos manchegos se han colado en nuestra manera cotidiana de hablar? El cómico Joaquín Reyes tiene mucha culpa de ello, como descubrimos en su visita a ‘Los Felices Veinte’, el late night de Orange TV.

Dibujante, guionista, director y actor, pero, sobre todo, comediante. Joaquín Reyes ha forjado un estilo propio que, si bien descoloca a algunos, encandila a muchos más y ha conseguido crear escuela entre los humoristas de este país.

Llega a ‘Los Felices Veinte’ el azote de internet, Esty Quesada (‘Soy una pringada’)

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Todo comenzó en Cuenca

Joaquín Reyes nació en Albacete en 1974 y estudió Bellas Artes en Cuenca. Esta experiencia cambiaría su vida, pues fue allí donde entró en contacto con algunos de los que siguen siendo compañeros de viaje como Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, Carlos Areces y Julián López.

Aunque siempre había sido el guasón del grupo, Reyes quería dedicarse al dibujo y, de hecho, trabajó para la editorial SM ilustrando novelas infantiles de ‘El barco de vapor’. Un proyecto personal como fue la web de animación Cartun.com, de donde surgieron criaturas como Super Ñoño o el señor Pussy, le llevó a dotar a sus personajes de irreverentes pero entrañables características.

‘La hora chanante’, la explosión del absurdo

En 2001, Reyes se había hecho popular en los circuitos de monólogos gracias a programas como ‘Nuevos cómicos’. Un año después, Paramount Comedy le dio su primera gran oportunidad: libertad absoluta para crear un programa de humor que se llamó ‘La hora chanante’.

Solo había una premisa: era un formato low cost. Reyes jugó esta desventaja en su favor y convirtió esa escasez de recursos en una seña de identidad. En realidad, no le hacía falta demasiado presupuesto; tenía imaginación y entusiasmo para hacer un gran producto.

Contactó con sus amigos de facultad e incluyó a otros grandes como Pablo Chiapella e Ignatius Farray. Pintó decorados, escribió guiones, creó animaciones y se puso ante las cámaras para imitar a cientos de personajes. Aunque la palabra ‘imitación’ quizá no esté muy bien elegida, porque en sus famosos ‘Testimonios’ personalidades como Coppola, Karpov, Björk o Michael Jackson hablaban exactamente igual, con acento y expresiones manchegas a través de las que explicaban las vicisitudes de sus excelsas existencias.

Es evidente la influencia de ‘Monty Python’s Flying Circus’, sketches surrealistas en los que puede suceder cualquier cosa y que no siempre son cómodos para el espectador. Pero también del cine de José Luis Cuerda y obras como ‘Amanece que no es poco’

Su punto de partida siempre era el costumbrismo, retorciendo después el tópico para extraer humor de lo reconocible. Personajes como El Gañán, Vicentín, El Payaso y Eduardo Torrijos son solo ejemplos de cómo un pequeño grupo de actores construyó un universo cargado de matices.

El factor Reyes

‘La hora chanante’ terminó en 2006, pero su transformación en obra de culto apenas había comenzado. Pareciera que la palabra viralidad se inventó para este programa. Todo el mundo repetía las frases de Joaquín Reyes gracias a los vídeos compartidos por internet. Por eso no es de extrañar que cualquier productor quisiera trabajar con él y contar con ese ‘factor Reyes’ tan estimulante. Así, comenzó a trabajar como colaborador en programas como ‘Noche sin tregua’ y ‘Lo + plus’, como actor en ‘Camera café’ e incluso como presentador en ‘A pelo’.

La estela de ‘La hora chanante’ seguía siendo alargada y RTVE decidió recuperar su espíritu en 2007 con ‘Muchachada Nui’, otro de los míticos programas a cargo del ‘Grupo de Albacete’. Allí aparecieron personajes como Enjuto Mojamuto, el joven Rappel y El espantajo de los melones, revitalizando esa socarronería tan estrafalaria que el público ya adoraba.

Y aunque una vez más el programa tuvo más éxito en internet que en su emisión televisiva, la fama de Reyes siguió aumentado y se convirtió en un fijo de los espacios de humor. Desde entonces ha participado en ‘El intermedio’, ha presentado ‘Feis to feis’ y ‘Torres y Reyes’, ha colaborado en radio con ‘No somos nadie’ y ha actuado en ‘Anclados’, ‘Spanish Movie’ y ‘Cuerpo de élite’.

También ha podido desarrollar trabajos mucho más personales como ‘Museo Coconut’, una sitcom de 2010 ambientada en una galería de arte que contó con guiones de los Vengamonjas; ‘Retorno a Lilifor’ (2015), una secuela de su universo chanante que no tuvo mucha suerte; ‘Monetes del espacio’ (2012), la serie de animación en la que adaptó su ingenio al público infantil, y ‘Capítulo 0’ (2018) creada junto a su amigo Ernesto Sevilla y en la que parodiaba series internacionales.

Joaquín Reyes en ‘Los Felices Veinte’

Pero si hay una faceta que distinga a Joaquín Reyes es su pasión por el espectáculo en directo. Se dio a conocer gracias a los monólogos y 20 años después sigue sobre las tablas. 
Ahora está de gira por toda España con ‘¡Festejen la broma!’ un show que define como “amalgama de chorradas, ironía fina e ideas nihilistas” y del que habló con Nacho Vigalondo, Aníbal Gómez y Gakian en el plató de ‘Los Felices Veinte’ en Canal Orange.

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