Tal vez hayas escuchado que hace unas semanas se estrenaba la tercera temporada de Fargo (2014). Y posiblemente hayas notado que había cierta excitación al respecto. ¡No es para menos! Las dos primeras temporadas de esta serie se han convertido, por derecho propio, en imprescindibles para cualquier amante del género negro, policiaco de humor, psicológico… porque Fargo reúne en sus capítulos de 1 hora todas las piezas que hacen grande a una serie de televisión.
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Vamos a repasar, uno a uno, esos elementos pero desde ya te advertimos: Fargo no es una serie que puedas consumir poco a poco. Una vez que te adentres en las frías tierras de Minnesota, no habrá vuelta atrás y tendrás que verte casi ‘del tirón’ los 10 capítulos de los que consta cada temporada. ¡Avisado quedas!
La atmosfera que recrea
La serie Fargo tiene su origen en la película homónima que en 1996 se sacaron de la chistera los hermanos Coen. En aquella cinta, premiada con un BAFTA y nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes, se nos introducía en el Estados Unidos más rural, una Minnesota fría y hostil en la que cualquier crimen podía tener lugar. La historia, los personajes, todo funcionaba a la perfección pero quedaba maravillosamente hilvanado a través de una atmosfera a ratos oscura, a ratos hilarante.
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Las dos primeras temporadas de Fargo – y lo que llevamos de tercera- recogen el espíritu de esa atmosfera y lo engrandecen, ampliando el universo creado por los Coen y llevándonos a nuevos rincones de esa Minnesota tan despiadada como muchos de los personajes que la pueblan.
Una historia que te sorprende a cada paso
Hemos comenzado relatando la peculiar ambientación de Fargo porque es el telón de fondo sin el cual no se entenderían unas tramas que comienzan con hechos aparentemente cotidianos que, poco a poco, se van complicando hasta provocar un clímax del que es mejor no desvelar nada. Y esto es válido para cualquier temporada de Fargo.
Así que mientras que en Fargo Temporada 1 tenemos a un vendedor de seguros torpe y asustadizo que se contrapone a un psicópata de manual, en Fargo Temporada 2 veremos a una pareja de jóvenes que termina envuelta en serios problemas con la ley. Todo ello, siempre aderezado con la aparición de la mafia y de algunos de los personajes más perturbados que hemos podido ver en una serie de televisión.
Pero aquí, ¿quién es el bueno?
Los espectadores que necesitan calificar a los protagonistas en ‘buenos y malos’ lo van a tener realmente difícil cuando se enfrenten a Fargo. Aquí, salvo honrosas y justificadas excepciones, no hay héroes y villanos; estamos ante un elenco de personajes complejos, con motivaciones que evolucionan y que nos pueden sorprender de un capítulo para otro.
Además, una de las apuestas de Fargo que ha sido más aplaudida es la de crear personajes con clarísimas señas de identidad, hombres y mujeres que se recuerdan mucho tiempo después de que hayamos olvidado la historia que protagonizan. ¿El ejemplo? Unos gemelos rabinos, mudos y asesinos. Ahí es nada…
Necesitarás volver a disfrutar de esa escena
Los personajes están maravillosamente construidos, sí, pero podrían haber pasado desapercibidos de no ser por los actores que les dan vida. A saber: Billy Bob Thornton (al que hemos visto en numerosas películas de éxito, como Monster’s Ball), Martin Freeman (nuestro querido Bilbo Bolson en El hobbit: un viaje inesperado) o Kirsten Dunst (Spider-Man).
Sus interpretaciones harán que quieras volver a disfrutar de ciertas escenas una y otra vez, en especial aquellas en las que aparece el aterrador Lorne Malvo al que da vida el señor Thornton.
No te sientas mal por reírte
En Fargo hay violencia. Mucha. Es una serie dura en la que las ejecuciones o las muertes pasionales están a la orden del día. Pero por algún extraño motivo, en más de una ocasión no vas a poder evitar echarte a reír. Tranquilo, no eres tú, es el humor negro que impregna cada capítulo y suaviza un argumento que, de otra manera, se podría hacer muy cuesta arriba para los espectadores menos acostumbrados a la violencia en la ficción.
Y ahora, a por la tercera temporada
Todos estos elementos han sido el común denominador en las dos primeras temporadas de Fargo y, por supuesto, también están presentes en la tercera. Pero para disfrutar de esta última temporada no tienes por qué haber visto las anteriores, ya que aunque están ambientadas en el mismo universo y tienen unos cuantos puntos en común, la trama es autoconclusiva y deja completamente satisfecho al espectador.