El universo cinematográfico de H.R. Giger

/ 26 abril, 2017

Hoy 26 de abril se celebra en todo el mundo el Alien Day en honor a una de las sagas cinematográficas de ciencia ficción más relevantes. Corría el año 1979 cuando Ridley Scott estrenaba aquella película titulada ‘Alien, el octavo pasajero’ en la que la nave MADRE detectaba lo que parecía una señal de socorro y atrapaba a sus protagonistas -entre ellos la famosa Teniente Ripley interpretada por Sigourney Weaver- en una tenebrosa historia donde hacían acto de presencia unas inquietantes criaturas salidas de la mente de H.R. Giger. ¿Quién fue este genio y por qué los fans del género le deben tanto?

A falta de que la CIA reconozca sus descubrimientos Alien 🙂 , a dos años para que celebremos su 40 aniversario de la saga y con el estreno de ‘Alien: Covenant’ a la vista (12 de mayo), ‘Alien’ no podría estar de mayor actualidad y, por ello, desde Pop TV hemos querido rendir nuestro particular tributo a H.R. Giger, quien convirtió en imágenes aquel universo espacial tan perturbador.

ALIEN, LA PUNTA DEL ICEBERG DE SU MUNDO

Nacido en Suiza en 1940, la carrera de H.R. Giger comienza como diseñador de interiores para, a los 28 años, dedicarse en exclusiva al arte como artista gráfico y escultor, aunque pronto empezaría su relación con la industria del cine. Tras algunos cortometrajes ‘Swissmade – 2068’ de y ‘Passagen’, su primera gran oportunidad le llegó con la adaptación de la novela ‘Dune’, de Frank Herbert, que preparaba Alejandro Jodorowsky en los setenta. Salvador Dalí, amigo de Giger, les puso en contacto. Aquella película no salió adelante pero entre bambalinas conoció al guionista Dan O’Bannon, que dio su nombre para ‘Alien, el octavo pasajero’.

 

 

Fue entonces cuando H.R. Giger desarrolló, mano a mano con Carlo Rambaldi, su obra más popular: el diseño de la criatura que da nombre a la saga, así como algunos escenarios del film, muy influidos por la serie Necronom del autor, en concreto por los números IV y V. Su particular mitología tiene raíces en su propia infancia, pues si bien se crió en una familia acomodada, su carácter siempre fue peculiar, sádico y reservado, y recordaba su hogar como una casa oscura donde comenzó a imaginar sus criaturas y mundos, especialmente en la que él llamaba “la habitación negra” y el patio interior que definía como “un lugar en tinieblas”, donde situaría su “tren fantasma”.

Sus creaciones se adscriben, en su mayoría, a la llamada biomecánica, es decir, la mezcla entre elementos de humanos y máquinas, pero siempre desde una perspectiva tétrica, a veces sangrienta y, muy frecuentemente, con connotaciones sexuales. Obra cumbre de esta tendencia es su Li II. Otra obsesión de H.R. Giger durante toda su obra fueron los trenes.

 

MÁS ALLÁ DE AQUEL FILM

 

A pesar de ser el creador del icónico ‘octavo pasajero’, trabajo por el que ganó el Oscar en 1980 como Mejores efectos visuales, James Cameron desechó sus diseños para ‘Alien, el regreso’, aunque volvería a la saga con ‘Alien 3’, dirigida por David Fincher. Décadas después, H.R. Giger y Ridley Scott retomarían el universo de ‘Alien’ con la película ‘Prometheus’, de 2012.

 

Entre su filmografía también destacan sus aportaciones a ‘Poltergeist II’, ‘Tokio: The Last Megalopolis’ y ‘Species’, además de trabajar en un Batmóvil para ‘Batman Forever’ cuyo diseño fue rechazado. Fuera de la gran pantalla es responsable de todo el diseño gráfico de los videojuegos ‘Dark Seed’ y ‘Dark Seed II’, lanzados en la década de los noventa, así como numerosas portadas de discos.

En 1998 fue inaugurado un museo sobre la obra de H.R. Giger en el castillo de St. Germain, en la localidad suiza de Gruyères, donde se exhiben pinturas, esculturas y diseños de películas, así como obras adquiridas por el autor entre las que se incluyen algunas de Dalí.

¿Qué hubiera sido de la iconografía de toda la saga ‘Alien’ sin la aportación de este imaginativo creador? Sin duda, la ciencia ficción no habría sido lo mismo, así que en día como hoy, ¡toca disfrutar de unos diseños únicos que no dejan indiferente a nadie!

 

 

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