Si algo caracteriza a las Navidades es que el frío y la compañía animan a meterse en el cine a ver una buena peli. Es por ello que las productoras se reservan algunos grandes estrenos para estas fechas con el objetivo de triunfar. Sin embargo, la estrategia no siempre les funciona. Estas son las películas a las que ni siquiera Papá Noel les pudo traer el éxito.
Assassin’s Creed: cuando ser un videojuego no es suficiente
Tener un nombre tan potente como el de Michael Fasbender entre su reparto, contar con un presupuesto de 125 millones de dólares y esta basada en un popular videojuego no fueron suficiente para que Assassin’s Creed triunfase en taquilla.
El turrón se le atragantó al filme estrenado en las Navidades de 2016. Assassin’s Creed no solo tuvo que lidiar con las duras criticas de expertos y fans, sino que las cifras de recaudación tampoco fueron espectaculares. Aunque la película consiguió más de 240 millones de dólares a nivel global, en EEUU y Canadá solo recaudó 54. En un entrevista Fasbender, quien también era productor de Assassin’s Creed, reconocía que la excesiva seriedad del filme y no haber hecho la acción más rápida fueron dos motivos de su fracaso.
Vivir de noche: los gángsters no interesaron
El filme protagonizado, escrito y dirigido por Ben Affleck llegaba cinco años después de Argo (con la que consiguió el Oscar a Mejor Película), pero no conseguía imitar su éxito, sino todo lo contrario: fue un sonado fracaso. Su estreno en Navidades tampoco ayudó a que Vivir de noche lograse escalar puestos en taquilla, quedándose en los más bajos.
La película, adaptación de una novela de Dennis Lehane, era una de las más esperadas de la temporada. Sin embargo, ni siquiera estar presente en un gran número de salas de cine pudo salvar a Vivir de noche de ser uno de los filmes menos taquilleros de las Navidades de 2016. Con un presupuesto de aproximadamente 65 millones de euros, a finales de enero de 2017 el filme no había recaudado ni 6 en Estados Unidos.
Burlesque: ni Cher quiere oír hablar de ella
Promocionada a bombo y platillo, la expectación ante la película musical protagonizada por las cantantes Christina Aguilera y Cher era máxima. Aunque en EEUU se estrenó a finales de noviembre de 2010, en nuestro país pudimos verla en vísperas navideñas de ese mismo año.
Aunque la recaudación de Burlesque en cines USA fue muy buena (más de 87 millones de dólares), en España la historia fue muy diferente. En su primer fin de semana en salas, la película no logró colarse en el top 5 de las más vistas en los cines en plena temporada navideña. Pero el fracaso más estrepitoso de Burlesque no fue de taquilla, sino de crítica. Los expertos se cebaron con la historia y con las interpretaciones. La propia Cher confesó que le parecía una película malísima y puso verde a su director, Steve Antin.
Alejandro Magno: un estreno nada épico
La película de Oliver Stone basada en la vida de Alejandro Magno se estrenó en nuestro país un 5 de enero de 2005. Un mes antes ya había podido verse en las salas de cine estadounidenses, donde solo recaudó 34 millones de dólares, una cifra muy baja teniendo en cuenta los 155 que costó hacerla.
La crítica tampoco fue favorable a la cinta protagonizada por Colin Farrell y Angelina Jolie. El guión y las interpretaciones fueron el centro de los argumentos de los expertos, quienes señalaban que esta versión cinematográfica de Alejandro Magno no daba la talla. Años después, en una entrevista, el propio Farrell reconocería que el de este filme fue uno de los fracasos profesionales que más le dolieron.
Exodus: Dioses y reyes: una gran producción con una tibia acogida
Anticiparse a las Navidades (se estrenó el 5 de diciembre de 2014 en nuestro país y el 12 del mismo mes en EEUU) sirvió a la película de Ridley Scott para destacar en la taquilla española. Sin embargo, la acogida no fue igual en Estados Unidos, donde el filme no resistió del todo bien a la competencia de estrenos tan fuertes como el de El Hobbit.
A lo anterior hay que sumarle que la acogida por parte de la crítica fue tibia. Se esperaba algo más del director de Gladiator y ni siquiera la presencia de Christian Bale como protagonista pudo salvar la falta de ritmo del filme.
